En la sede de Piedras 1065, y con la presencia del escribano público Antonio Cartaña, como muestra la imagen, comenzó la etapa de normalización de nuestra central, desde donde seguiremos profundizando un modelo sindical con la participación de quienes somos el verdadero sujeto de cambio: los trabajadores.

Votar el 18 de noviembre

El jueves 19 de junio, la CTA reunió a su Comisión Ejecutiva Nacional y a veintidós Secretarios Generales de organizaciones del ámbito nacional y puso fecha a la elección que renovará los miembros de las conducciones a nivel nacional, provincial, regional y local. También serán elegidos en el mismo acto los delegados congresales nacionales y provinciales.

La reunión fue presidida por Hugo Yasky y Pedro Wasiejko y fijó el 18 de noviembre como fecha del comicio.

En el mismo acto se resolvió convocar al Congreso Nacional Ordinario para el 22 de agosto del año en curso como parte del dispositivo electoral que ya está en marcha.

Votar para fortalecer la Central

Con la elección que vamos a hacer el 18 de noviembre, tenemos la oportunidad de dar nuevos pasos en el fortalecimiento de nuestra Central.

Esta elección nos coloca ante el desafío de garantizar un acto de absoluta transparencia que sea poner en práctica todos nuestros principios relativos a la democracia sindical. Pero también es imprescindible que esta convocatoria nos permita poner a la CTA en debate, para alimentar el crecimiento político de nuestros cuadros y posibilitar la movilización que en todo el país garantice una participación masiva.

Esta es una condición de por sí necesaria para que la elección no termine siendo un trámite formal o un dibujo para los medios de prensa, pero también lo es, para terminar de reparar definitivamente el daño que produjo el fraude de Pablo Micheli y todas las secuelas lamentables derivadas del mismo.

Votar para normalizar institucionalmentea la CTA

La convocatoria aprobada el 19 de junio, fue posible al destrabarse la situación de indefinición que existía a causa de la apelación que había presentado el sector de Micheli en la Corte Suprema de Justicia.

Dicho impedimento desapareció cuando éste y sus abogados desistieron de la apelación, seguros de que después del dictamen de la Procuraduría General de la Nación, que les fue adverso, era inminente el fallo de esa Corte que definitivamente los pondría en la ilegalidad.

En efecto, hoy podemos iniciar el proceso electoral porque lo que quedó vigente es la sentencia dictada por la Sala lV de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, que declaró la invalidez de las elecciones convocadas por Pablo Micheli y la asunción del mismo como resultado de dicha convocatoria

Votar para reafirmar el papel de la Central en esta etapa

Es necesario apelar a la mística y a la historia de la CTA. Esa CTA que nació como un grito de rebeldía ante la traición de una dirigencia sindical que entregaba las conquistas y bajaba las banderas de los trabajadores ante la oleada neoliberal menemista.

Sólo entendiendo esa historia, sólo desde la comprensión de lo que significó luchar contra la privatización de la jubilación, contra la destrucción de la escuela publica, contra el desguace del Estado, contra las leyes de impunidad y contra la entrega absoluta a los designios de los amos del norte, sólo mirando desde este punto de partida puede entenderse el papel jugado por nuestra Central en esta última década.
Diez años que estuvieron signados por una intensa disputa con el bloque dominante, que utilizando a los grandes medios de comunicación y a sus voceros políticos, trató de impedir que el gobierno popular y democrático que los argentinos habíamos votado, pudiera desactivar los engranajes de la desigualdad y del atraso heredados de los noventa.

Por eso valoramos como un acierto haber hecho crecer a la CTA como una referencia de los trabajadores en la demanda sindical y también en el posicionamiento político. Dicho posicionamiento no significó en ningún momento pérdida de autonomía para defender el mandato de los que representamos; eso quedó demostrado en la firmeza con que nuestras organizaciones disputaron en cada paritaria.

Pero ese principio de la independencia fundante de nuestra Central, no implicó ni implicará que nos refugiemos en la cómoda posición de la neutralidad ante la disputa entre un gobierno que levanta banderas populares y un bloque de poder dominante que quiere, a como dé lugar, perpetuar la desigualdad.

Mucho más aun en un momento como el actual, donde lo que está en juego es avanzar por más conquistas o retroceder, como pretenden entre otros los que están detrás del juez Griesa y los fondos buitres, para que nos gobiernen otra vez los personeros de las multinacionales y de los grupos concentrados.

Hoy resulta lamentable ver a dirigentes sindicales, con los que alguna vez compartimos el camino, convertidos en títeres de la derecha y a otros devenidos en empresarios, dándose la mano para ponerse al servicio de los sectores más reaccionarios. No es esto lo que necesita la clase trabajadora. Hay que devolverle credibilidad al gremialismo y para ello tenemos que volver a ponerlo como expresión legítima de los intereses de los trabajadores. Y, este gran cambio, no será posible sin abrir canales de participación para que esa mayoría silenciosa de los asalariados que, hoy mira desde lejos a dirigentes en los que no cree, empiece a hacerse oír.
Por eso creemos que el movimiento sindical en la Argentina necesita imperiosamente empezar a discutir el cambio de un modelo que impidió sistemáticamente, que los trabajadores fueran los protagonistas en la definición de las políticas y en la elección de las conducciones de las organizaciones gremiales.

Lograr avanzar en esa dirección, es el sentido principal de esta convocatoria a los afiliados de nuestra Central, para que se hagan dueños y protagonistas de esta elección que sólo así nos hará más fuertes todavía.

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