El 10 de Mayo de 2002 Andrea Viera viajaba en un colectivo de la línea 324 junto a Gustavo Cardozo, su novio. Se bajaron porque Andrea, que estaba embarazada, se sentía descompuesta. Trataba de reponerse en el umbral de una casa cuando policías de la Comisaría Primera de Florencio Varela los subieron a un patrullero como detenidos, atribuyéndole a Andrea herir a otro policía en un robo en un comercio del Barrio Estanislao Zeballos.

En la comisaría, Andrea fue separada de Gustavo y encerrada en una de las oficinas mientras la agente Jorgelina Oviedo le gritaba “RATA”. Durante horas fue sometida a un interrogatorio brutal con insultos, golpes y asfixia por ahorcamiento en manos de una banda de policías.

Pusieron en práctica todo el método aprendido como parte de la cultura institucional de la policía bonaerense, heredado de los mismos métodos de los grupos de tarea, también integrados por policías durante la dictadura cívico militar. Torturas seguidas de muerte.

Estuvieron quienes pegaron, insultaron y ahorcaron. También estuvieron los que fueron testigos por encontrarse en ese momento y se callaron la boca en un pacto de silencio que permitió la Impunidad para la mayoría de los imputados.

Estuvieron, además, los presos que escucharon toda la noche la sesión de torturas y que valiente y solidariamente testimoniaron en el Primer Juicio.

Uno de ellos, Jorge Galván Plaza, apareció fusilado en 2007 con un balazo a quemarropa en la sien, efectuado con un arma calibre 38. El testigo estaba preso la noche en que Andrea y su novio fueron torturados, y su testimonio no sólo incriminó a la mujer policía que resultó condenada, sino también a un oficial que no había llegado a juicio. Su cadáver fue encontrado en un descampado del barrio "Pepsi", partido de Florencio Varela.

A Gustavo Cardozo, el 10 de Mayo de 2002, el policía Marcelo Aquino, le dijo “yo estoy de franco y tengo todo el tiempo para pegarte”. Fue interrogado del mismo modo que Andrea a unos metros dentro de la comisaría, en un patio contiguo en posición de rodillas durante toda la noche. Pudo sobrevivir y convertirse en uno de los testigos que con su testimonio aportó a la búsqueda de Justicia y la condena de dos policìas.

Andrea murió el 22 de Mayo de 2002, en una cama del Hospital Municipal, 12 días después de entrar en estado de coma irreversible por la violencia que ejercieron durante horas sobre su cuerpo. Tenía 25 años.

Se cumplen 13 años de Lucha ininterrumpida. Alcanzamos entre todos, el pueblo varelense, sus organizaciones y los organismos de Derechos Humanos junto a la familia de Eugenia Vázquez, su hermana mayor, llegar a dos juicios con 8 imputados. Dos de ellos condenados a la pena máxima: Marta Jorgelina Oviedo en el 2006 y Marcelo Aquino en el 2013. Pero seguimos reclamando Justicia Completa.

Todavía falta el tercer juicio, en el que exigimos que se condene a José Sita y Rafael Ominelli, el comisario y subcomisario, también responsables directos de lo que pasaba y lo que protagonizaban sus subordinados en el edificio donde funcionó durante la dictadura un centro clandestino de paso de detenidos desaparecidos.
Lugar nefasto que fue identificado como tal por familiares y víctimas en sus testimonios aportados en los Juicios por la Verdad; lugar que debe dejar de ser Comisaría y convertirse definitivamente en un Sitio de Memoria tal cual lo establece la Ley Nacional 26.691.

Exigimos que tanta Violencia Institucional sea condenada de manera ejemplar, como exigimos también que la Violencia Institucional sea desterrada de los usos y costumbres policiales y de los ámbitos judiciales en los que las víctimas y sus familias buscan Justicia.

No venimos a gritar Venganza. Venimos a decir que queremos una Justicia Completa y Legítima y una Seguridad Democrática, porque en todos estos años pudimos construir un consenso social en defensa de la Vida que todavía el Poder Judicial y las Fuerzas de Seguridad no asumen íntegramente como parte de las instituciones de una sociedad que condena masivamente la IMPUNIDAD y se organiza para impedirla.

Desde Agustín Ramírez hasta Andrea Viera, desde Andrea Viera hasta Javier David Vallejo, Gabriel Omar Sena y Oscar Santiago Ledesma, asesinados por balas policiales en Florencio Varela en los meses de marzo y abril del 2015, no dejan de sucederse la pérdida de vidas de jóvenes de nuestros barrios.

Jóvenes, pobres y morochos, es el denominador común de las víctimas de la Violencia Institucional y venimos a decir BASTA.

BASTA de causas judiciales manoseadas.
BASTA de investigaciones en las fiscalías detenidas en el tiempo perpetuando la injusticia.
BASTA de la vulneración de Derechos y estigmatización de nuestra Juventud en manos de la Policìa.
BASTA de Comisarías que evaden su responsabilidad de tomar denuncias por violencia de género, abuso o vulneración de derechos de la Infancia pero rápidamente actúan cuando se trata de encerrar y “verduguear” por portación de cara y situación de pobreza.
BASTA de Medios de Comunicación promoviendo la imagen de la juventud de las barriadas populares como arquetipo del delincuente.


BASTA DE VIOLENCIA INSTITUCIONAL
ANDREA VIERA, PRESENTE!
AHORA Y SIEMPRE!

COMISIÓN EJECUTIVA LOCAL
CTA FLORENCIO VARELA

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