Solicitada
La Ley es tela de araña. En mi inorancia lo esplico: No la tema el hombre rico, nunca la teme el que mande, pues la ruempe el vicho grande, y sólo enrieda a los chicos.
(Martín Fierro)
El poder, para ejercer sus funciones, tiene una serie de instrumentos y procedimientos necesarios para su desempeño. Pero la sobreactuación, o incluso, la ostentación de los mismos llevan a la ciudadanía a una seria sospecha de su parcialidad. Es decir, a percibir una situación de injusticia. Esas sospechas se convierte en certezas cuando asistimos azorados a una clara puesta en escena en que funcionarios de uno de los poderes del estado actúan al servicio de una demostración mediática de poder e impunidad. No casualmente, el reciente allanamiento de morada sufrido por Víctor Hugo Morales hizo que desde distintas voces se recordara el accionar de los grupos de tareas durante la dictadura. Porque cuando esa corporación mediática no cuenta, como en aquella etapa, con un gobierno militar que ejerce el poder del estado a su servicio para avanzar sobre la vida y la libertad de las personas en función de sus intereses, de todos modos ejerce el poder de influencia, presión y condicionamiento acumulado durante décadas y recurre a aquellos segmentos de la justicia que le son funcionales con total desparpajo. Lo hace con ostentación de poder, despreocupado de las consecuencias, con absoluta impunidad, intentando darnos un mensaje de escarmiento para sumirnos en la resignación y en la impotencia.
Cuando el poder judicial, en algunos o varios, de sus miembros – aún los más encumbrados – aparecen ante la opinión pública como manipulados desde poderes económicos o mediáticos, la desconfianza en la “justicia”, y la sensación de impunidad y desamparo crecen en la sociedad. Queremos solidarizarnos con Víctor Hugo Morales y su familia; y al mismo tiempo, queremos insistir en aquellas reivindicaciones que han tenido a Víctor Hugo como uno de sus principales abanderados: plena vigencia de la ley de medios, fin de privilegios para el Grupo Clarín y profunda transformación y democratización del poder judicial. Para que se termine la impunidad. Para que nadie más se sienta con el derecho de meterse en nuestras casas y disponer de nuestras vidas.
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