El ex detenido desaparecido Osvaldo Lovazzano dijo que el sacerdote “revisaba" el estado físico de algunos prisioneros y "era el nexo entre los policías y las familias". También declaró el ex detenido-desaparecido Zacarías Ángel Moutokias. Por esas cosas del destino, ambos dieron su testimonio exactamente a 30 años de sus secuestros

El ex secuestrado durante la última dictadura, Osvaldo Lovazzano, declaró en el juicio que se le sigue al ex capellán de la Policía Bonaerense, Christian Von Wernich. También relató cómo el sacerdote aconsejaba hacer masajes a los torturados para paliar los dolores ocasionados por la picana.

El testigo declaró que Von Wernich, luego de ver a un joven que estaba dolorido por la tortura, aconsejó: "Es por la corriente eléctrica, ya se le va a pasar. Háganle masajes", refirió. "Decían que Von Wernich era el nexo entre los policías y las familias", precisó Lovazzano, quien remarcó que el cura era un personaje conocido en la Brigada de Investigaciones platense.

Lovazzano fue secuestrado de su domicilio en La Plata, el 30 de agosto de 1977, por tres personas vestidas de civil que lo trasladaron a la Brigada, donde fue sometido a torturas. "Yo tenía frío y me dijeron: `No te preocupés que cuando te conectemos a Segba -antigua empresa de electricidad- se te va a pasar’", recordó.

El fuerte testimonio contra el cura fue pronunciado hoy ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 1 por el ex detenido-desaparecido, que pasó más de cuatro meses en 1977 dentro de centros clandestinos de detención que funcionaron en la Brigada de Investigaciones de La Plata, Arana y la comisaría 5ª.

El testigo también contó que en una oportunidad le dolían mucho los oídos y aprovechó la visita a la celda de Von Wernich para pedirle que le trajera gotas analgésicas, solicitud que el religioso más tarde satisfizo y, añadió, "me dijo que era por los golpes que me habían dado".

En tanto, Zacarías Ángel Moutokias, dijo que cuando iba a ser liberado de su cautiverio el cura de la iglesia católica dijo en voz alta y en medio del patio “antes que se vaya podríamos pasarlo otra vez por la maquina”.

El testigo indico al juez que “se estaba frente a un colectivo perfectamente estructurado y uno no era nada frente a ellos. Cada uno de ellos tenía su función: uno lo torturaba, otro lo interrogaba en una oficina, daba la impresión de que era un superior, había responsabilidades distintas. No eran individualidades que actuaban cada uno por su cuenta, era una organización”.

“Los interrogatorios eran sobre mi actividad política. La tortura fue interminable. Y las preguntas que hacían no tenían respuesta. Por ejemplo me decían: ‘Sabemos que vos no sos montonero, pero decinos a quién conocés’”.

Luego, cuando Moutoukias fue liberado, se encontró con un antiguo profesor de la facultad que le dijo que “en el entorno del monseñor Plaza están preocupados por la presencia de un sacerdote en las torturas”. Era nada menos que Von Wernich.

Estuvieron presentes en la audiencia de hoy el Subsecretario de Derechos Humanos, Rodolfo Mattarolo y el juez chileno Juan Guzmán Tapia.

Secretaría de prensa de la CTA provincia de Buenos Aires y de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Plata

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