La sangrienta dictadura del ’76 fue un proceso con objetivos muy claros:
• destruir la organización popular, promoviendo la ignominia y el individualismo.
• desmantelar la producción nacional, creando recesión, desocupación y un profundo quiebre en la identidad industrial argentina
• aterrorizar al pueblo para que ‘no se meta’, quebrando una corriente política que protagonizaría el futuro del avance popular en Argentina y Latinoamérica.
Todo esto se logró con secuestros, torturas, apremios ilegales, persecuciones sistemáticas, asesinatos, vuelos de la muerte, campos de concentración, apropiamiento de personas (bebés nacidos en cautiverio), y un sinfín de barbaridades propias de la inquisición de la edad media. Esto permitió un plan económico que atacó al conjunto del pueblo argentino y la clase trabajadora y se profundizó con el neoliberalismo en los ’90.
A todos los culpables de las atrocidades cometidas durante la dictadura les decimos: los crímenes de lesa humanidad no prescriben. Exigimos que se castigue a los culpables, ya. Cárcel común y efectiva, sin beneficios para los represores de la dictadura. Sea donde sea que estén y el cargo que estén cumpliendo en este momento.