(Por Carlos Saglul) “El gobierno provincial no ha tomado en serio la problemática de los estatales. Queremos dialogar pero no hay interlocutor, por eso vamos al paro”. Hugo Blasco, secretario gremial de la Central de Trabajadores de la Argentina fue concluyente al definir la incapacidad de negociación de la administración bonaerense, a la que responsabiliza de la huelga por 48 horas que hoy se inicia.

"Ni siquiera nos han recibido. Se reunieron únicamente con los docentes para ofrecerles una propuesta económica absurda. El resto de los gremios no tuvimos interlocutor", enfatiza Blasco.

El secretario gremial de la CTA bonaerense habla: "Los judiciales tienen pendiente el cumplimiento de un acta de porcentualidad, que fija los salarios de los trabajadores judiciales teniendo el cuenta lo que percibe un juez de la Corte".

"Ni que hablar de la falta de médicos. Hay hospitales que hace rato fueron inaugurados y no funcionan por falta de personal. ¿Cuánto hace que los compañeros de la CICOP vienen demandando una respuesta?", se pregunta el dirigente de los judiciales.

El Gobierno dice que no hay presupuesto.

Vivimos en la provincia más rica de la Argentina , donde el Producto Bruto no ha dejado de crecer. Gobernar no pasa por hacerse el distraído frente al hecho que en la provincia más rica de la Argentina , lo que es del Estado se cae a pedazos Hay hospitales como en Florencio Varela que no andan por falta de empleados. Gestionar significa salir a cobrarles los impuestos a los que más tienen, lo que no tiene nada que ver con los shows que monta Montoya, sino con la profundización de la justicia tributaria, para que de una vez por todas paguen más los que más tienen. Lo que esta evidenciando está crisis es una injusta distribución de la riqueza.

¿Qué pasa con la coparticipación?

Hay un juego perverso en donde la provincia en vez de pelear por lo que le corresponde prefiere salir a pedir a la Nación cuando está ahogada y contra las cuerdas. La Nación prefiere poner los fondos en esas circunstancias porque esos son favores, y los favores en política se pagan. Demandas claras al poder central permiten no andar llamando a los bomberos a cada rato. Reitero, Buenos Aires es rica, el tema es, ¿cómo se administra?.

¿Ustedes se oponen a que la administración provincial pueda meter mano a los fondos de la Previsión Social?

El proyecto de la administración Scioli es tomar esos fondos y devolver bonos. En vez de aumentar las jubilaciones se quieren quedar con la guita de los laburantes para tapar otros agujeros. Esa historia ya la conocemos. ¿Cómo no nos vamos a oponer?.

¿Qué sucede en el sector privado con la puja distributiva?

A principio de año negociaron las paritarias. Ahora se ponen a discutir el mínimo, vital y móvil. Los laburantes no miden la inflación consultando al Indec sino dándole de comer a sus hijos. Resultado, la gente se da cuenta que lo que se cerró en las paritarias no alcanza. Y en esto no sirve, aumentar el mínimo no imponible, incrementar la asignación por hijo porque eso no es salario.

El problema es que los grupos empresarios parecen decir “hasta acá estamos dispuestos a dar” y se ponen duros. En la Argentina tenemos una estructura oligopólica donde si te aumentan tres pesos, ellos te sacan seis del bolsillo. Y por supuesto no es el salario lo que genera inflación sino la incapacidad de Estado para contener la voracidad del gran capital. Los acuerdos de precios son para la tapa de los diarios, esos precios jamás aparecen en las góndolas.


¿Cuál es el porcentaje del trabajo en negro en la provincia. El Estado hace algo?

Calculamos que está en el orden del 40 por ciento. ¿Qué podés pedirle al Estado si debe ser uno de los principales empleadores en negro?. La mejor manera de terminar con el trabajo en negro sería reconocer el régimen de libertad sindical. El Estado es cómplice del trabajo en negro cuando le impide organizarse a los trabajadores.

Preguntáles a los compañeros del Pescado en Mar del Plata en qué quedaron todas las promesas del Estado. Para que existan tantos miles de compañeros en negro es necesario un sindicalismo que lo permite: la burocracia sindical. También una patronal inescrupulosa y el Estado, que se hace el distraído.

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