La lucha de los trabajadores de Dana Spicer en Grand Bourg no cesa. Mantienen ocupado el frente de la planta exigiendo la reincorporación de los 60 despedidos, entre los que se encuentran Guillermo Elizalde, Ramón Leguizamón, Juan Vega y Carlos Weber, todos ellos con fueros gremiales. La empresa no sólo desconoce esos fueros, sino que además intima a los manifestantes a que cesen el reclamo.
Por su parte, el Ministerio de Trabajo no dicta la conciliación obligatoria (a pesar de lo extenso y grave del conflicto) aduciendo que la empresa firmó y homologó con SMATA l reestructuración productiva que sirvió como excusa para los despidos.
A pesar de las denuncias efectuadas en diversos ámbitos, la empresa se encuentra militarizada, con más de 200 efectivos custodiándola. A esto se suma la nueva amenaza de la empresa: los trabajadores que participen de l manifestación o expresen su solidaridad, serán también despedidos.
El conflicto lo inició la propia empresa el 6 de enero, al despedir a 60 trabajadores de la planta de Grand Bourg, donde funciona la fundición y mecanización de autopartes para camiones.
El pico de mayor tensión fue el 14 de enero, cuando la policía que vigilaba a los trabajadores liberó la zona y una patota los atacó con armas blancas y objetos contundentes dejando el saldo de tres compañeros hospitalizados y un auto incendiado.