(por Prensa Luz y Fuerza Mar del Plata) Una columna numerosa de organizaciones de base de la CTA Mar del Plata concurrió a la muy céntrica esquina de Luro e Independencia bajo la consigna “Para que la crisis no la paguemos los trabajadores y trabajadoras”. Desde la Central señalaron que “millones de argentinos siguen sometidos al flagelo de la indigencia y la pobreza”.

Una columna numerosa integrada por el Sindicato Luz y Fuerza Mar del Plata, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE-CTA), la Asociación de Docentes Universitarios Marplatenses ADUM-CTA), el Movimiento Territorial de Liberación (MTL-CTA), el Movimiento Barrial Bonaerense (MBB-CTA), el Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación (Suteba-CTA) la Asociación Judicial Bonaerense (AJB-CTA), Libres del Sur, Barrio Las Heras, Barrio Jorge Newbery y otros se movilizaron al centro de la ciudad de Mar del Plata en el marco de la Jornada de Lucha.

“Después de cinco años de crecimiento económico, siguen existiendo millones de argentinos sometidos al flagelo de la indigencia y la pobreza, la CTA moviliza también para reafirmar su existencia frente al desconocimiento oficial en términos de personería jurídica aunque la Corte Suprema halla fallado a favor”, denunció la CTA durante la marcha.
Hablaron en el mencionado acto Raul Calamante por Suteba, quien afirmó que “de esta crisis no se sale salvando a los bancos” y para Osvaldo Rozas, de la AJB, “los jueces se siguen eligiendo de manera secreta”.

Hubo reclamos unánimes (paritarias libres y Consejo del Salario, 82% móvil para jubilados y pensionados) y un notorio estado de asamblea, visible en las conversaciones que sostuvieron quienes se aglutinaban en la esquina de referencia.

Cerraron el acto Baigorria, del Movimiento Barrial Bonaerense, quien llamó a ocupar “las plazas, que son nuestras, la ciudad es nuestra” y José Rigane, secretario general de Luz y Fuerza y miembro de la Mesa Nacional de la CTA, quien pidió suspender los despidos por 180 días, asegurando que “esta democracia formal es una democradura” y reclamando “de una vez, el reconocimiento de la personería gremial” señalando a la burocracia sindical como principal obturador de una decisión que calificó como “política, no administrativa”.

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