Entre otros dirigentes estaban presentes en la reunión, Raúl Calamante, secretario general de la CTA, Mar del Plata y por el nuevo nucleamiento gremial, Roberto Villaola (presidente), Alberto Palomino (Vice) y Oscar Trigo (secretario). En la ceremonia, se destacó la presencia de Miguel Borra, secretario general de la Asociación de Docentes Universitarios de Mar del Plata, otro de los sindicatos de la CTA.
-Ustedes destacan la presencia de los compañeros docentes, ¿está relacionada con el relevamiento que realizaron recientemente en el puerto?
La colaboración de los compañeros fue invalorable para poder sistematizar los datos del censo que realizamos en el puerto. 5680 trabajadores vinieron a empadronarse voluntariamente al local de la CTA. En base a eso podemos empezar un tener una radiografía del trabajo en negro en el puerto y también de las condiciones, en muchos casos terribles, en las que sobreviven las familias de los fileteros.
-Como resultado de ese censo, les acaban de quemar el local?
“Ladran Sancho”, pero no nos asustan. Lo que hicimos les duele a ciertas patronales que inclusive llegaron a amenazar a muchos compañeros con el despido, en caso de que se censaran. Hay manejos mafiosos en la industria. Ya tuvimos dos atentados en el local. Muchos compañeros han sido amenazados.
-Qué intereses afecta la tarea que ustedes realizan?
Fudamentalmente a las grandes compañías que manejan el negocio. Son Solimeno, Giorno, Barilari, Moscusa y Baldino. Ellos mueven un negocio de 500 millones de dolares declarados que según algunas versiones pueden ser muchos más. Hoy que todos hablan del campo, es bueno denunciar que está gente paga nada más que el seis por ciento de retenciones…Nos tienen como esclavos, en muchos casos trabajan a través de cuevas, domicilios privados donde el filetero trabaja en condiciones inimaginables. Esto afecta a toda la sociedad porque viola todos los controles sanitarios. Y lo mismo pasa con la depredación de la merluza.
-Trabajadores en negro, depredación de la riqueza ictícola y evasión?.El lugar común parece ser la falta del poder de policía que debería ejercer el Estado.
Cuando bloqueamos el puerto y en cada uno de los episodios de lucha que hemos llevado adelante recolectamos el compromiso de todos los candidatos presidenciales, el ministerio de Trabajo, las autoridades provinciales. Nos hemos reunido con todos. Firmamos actas, prolijamente violadas por las patronales. Todos prometieron hacer respetar la Ley pero nadie cumplió. Hay un dicho que dice: “hay que seguirle la cola al pescado”. Por eso somos partidarios una solución integral donde la variable de ajuste no sean los trabajadores. Esto no se arregla cerrarando las cooperativas truchas y dejándonos en la calle. Hay que transformar la actividad, ponerla al servicio del país y de su gente y no de cuatro o cinco empresas cuyo único credo es la ganancia sin límites. Nos organizarnos en el marco de la CTA y nuestro gremio para que ningún trabajador quede en negro. Son los derechos humanos de los obreros del pescado y sus familias los que está en juego. Hay compañeras de 76 años trabajando porque nunca les aportaron y saben, que cuando ya no puedan más, solo les queda la calle.