El hecho ya fue denunciado por ATE ante el Ministerio de Trabajo nacional y de la provincia de Buenos Aires. Además de atentar contra las fuentes de trabajo en momentos en que en todo el país se multiplican los despidos y suspensiones, el caso del Correo tiene el agravante de que los despidos constituyen una clara represalia a los trabajadores que –haciendo uso de su libertad sindical- decidieron romper con el sindicato del sector para afiliarse a ATE. Justamente cuando se venía desarrollando el proceso de afiliación masiva a ATE y se había convocado a una elección de delegados para el próximo 29 de julio, la intervención del Correo envió los telegramas de despido.
Desde la CTA se reclama la reincorporación inmediata de todos los trabajadores y que se garantice la libertad sindical y el derecho de los trabajadores a optar a qué sindicato afiliarse.
Por último la conducción de la CTA señala que el proceso privatizador de los 90 que puso al Correo en manos privadas tuvo consecuencias nefastas para los trabajadores de la empresa, para los usuarios y para la comunidad en general. Por eso su estatización debe representar una política inversa, es decir debe hacerse en beneficio de los trabajadores y la comunidad y no nuevamente en perjuicio de ellos.