Así titula su nota de opinión Marcelo Ponce Núñez, abogado de ATE y de la CTA, quien lleva adelante la querella contra los represores de la Unidad Nº9. "Necesariamente hay que conceptualizar todos y cada uno de los dichos que expresó nuestra compañera GRACIELA ITURRASPE en su declaración como testigo en la causa Unidad 9 realizado en el día de la fecha. No contó hechos acaecidos en la Unidad Carcelaria en si mismos, sino que trajo desde su memoria las vivencias tenidas desde que, junto con su pareja, habían sido detenidos en aquellas infaustas épocas de la dictadura militar" indicó.

El texto, continúa de la siguiente manera:

"Nos dijo que estaba con sus dos hijos detenida, uno ya paseando con ella por la propia celda durante cuatro días de cada semana y la otra en su panza de embarazada, sufriendo con su madre todos los avatares que pasó en esos momentos.

Como luego de un tiempo ella es liberada, y que tardó un par de días en recuperar a su hijo que había quedado dentro de la cárcel de Devoto. Pasó a la clandestinidad, ya que le anunciaron que a partir de su liberación "era boleta". Y desde allí la imposibilidad de ver a su pareja, detenido en Devoto y pasado luego de unos meses a la Unidad 9 de La Plata.

Habló desde su rol de madre, conteniendo a sus hijos, aquellos que ya, a los pocos años de vida le planteaban que "cuando fueran grandes iban a ser presos, como su papá y su abuelo", ambos en esas condiciones, pero eso sí, siempre que la mamá los fuera a visitar.

Sufrieron todos, más allá de que la cárcel la soportara sólo uno de los miembros de la familia, quien fuera su pareja. Don Jorge Taiana.

Los contactos realizados con personajes de nuestra Argentina de aquellos tiempos, pidiendo por la vida de su compañero y de los demás que corrían la misma suerte, su entrevista con Monseñor Tortolo, su entrevista con periodista del Washington Post, merced a la que en los primeros días de febrero de 1977 se publicó parte del régimen carcelario que se vivía en la Argentina -desapariciones, muertes, violencia-. Los años sin poder ver, ni ser vista.

La cárcel no fue una consecuencia desvaliosa para quien efectivamente la padeció, sino para todo su entorno. El amor y la esperanza puestos en la vida de su pareja y del padre de sus hijos y en los demás compañeros que lo acompañaban en su injusta, ilegítima y bárbara detención. Mostró el lado perverso del represor desde otro ángulo, desde el que espera la libertad del otro.-

Hoy Graciela es Diputada Nacional, sigue en la lucha por aquellos que no gozan de todas sus libertades y ya no por encierros injustos, sino por distribuciones injustas, pero siempre con el mismo amor y la misma humildad, aquellos años forjaron, desde lo perverso de los otros, este ser hermoso que hoy gozamos para beneplácito de muchos y tristeza de aquellos que no pudieron quebrarla.- Simplemente gracias".

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