"Miles de familias cuyo sustento depende de la actividad en el sector de los fileteadores del pescado hoy ser encuentran en un estado de desesperación ante la falta de ingresos que les impiden a los jefes y jefas de hogar garantizar el sustento para la sobrevivencia cotidiana en sus respectivos hogares. Alrededor de 8000 trabajadores cumplen sus funciones contratados por cooperativas truchas y se encuentran en situación irregular en casi 220 establecimientos y dejan de percibir sus ingresos habituales cuando por falta de pescado merma su trabajo", explicó Pedro Wasiejko, secretario adjunto de la CTA.
"Esperamos que la promesa de Daniel Scioli de convertir a la Provincia en una potencia pesquera considere la necesidad de que los empresarios regularicen a los trabajadores", indicó Wasiejko.
"A pesar del crecimiento del sector, los trabajadores de la industria pesquera padecen la falta de libertad sindical y condiciones laborales aberrantes. No hay margen para continuar permitiendo que los empresarios continúen sin cumplir con el compromiso de la registración de los trabajadores del sector", dijo Wasiejko.
El presidente de la Asociación Unión de Trabajadores del Pescado y Afines, Roberto Villaola, aseguró a su vez que el problema laboral se ve agravado por la clandestinidad que afecta a la industria: "no sólo están depredando el recurso sino que lo hacen en negro y no lo declaran. Pero también están los buques factoría que no tienen ningún tipo de control y que no permiten agregarle valor al recurso ya que no lo traen a tierra para ser procesado".
Raúl Calamante, secretario general de la CTA regional Mar del Plata, sostuvo que el problema del puerto reclama una solución integral. "Existen tres variables que inevitablemente deben verse como un todo. Por un lado, la explotación que hacen las patronales sobre los trabajadores, no respetando un convenio colectivo, haciéndolos trabajar en condiciones infrahumanas y no registrándolos. También, en Mar del Plata no se declara todo el pescado que entra a puerto, esto genera un circuito clandestino donde conviven empresas truchas que evaden los impuestos y las normas de seguridad e higiene. Por último, se está produciendo una depredación del recurso nunca vista, se están pescando peces juveniles provocando la merma de las especies".
"Esta multiplicidad de acciones mal hechas reclama una política integral del Estado. Atacar un solo punto no soluciona de raíz el problema", aseguró Calamante.