A media tarde la multitud llenaba las calles desde Plaza de Mayo hasta el Congreso, con más de cien mil personas, según los organizadores. De esa convocatoria participaron dirigentes y militantes de la CTA Nacional y de las centrales de Capital y provincia de Buenos Aires junto a los organismos vinculados a los Derechos Humanos, como Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora. Participaron, entre otros, el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel; el intendente de Morón, Martín Sabbatella y agrupaciones sociales y políticas.
"A despertar la Justicia, que no siga durmiendo porque hay poca paciencia", fueron las palabras que sonaban apenas pasadas las 16.00. El documento leído por las Madres agregó: "La lentitud de la justicia genera impunidad y la impunidad sólo crea más impunidad".
Cuando el sol aún calentaba el aire de feriado, algunas madres subieron al escenario y, a diferencia de las últimas marchas, leyeron un texto. “Hasta hoy sólo hubo 44 condenas contra los autores de un plan sistemático de exterminio”, dijeron, y apuntaron a “jueces y fiscales cómplices de la dictadura”.
Las Madres habían entrado minutos antes, sosteniendo la ya clásica bandera con fotos de desaparecidos, mientras el grupo "La Chilinga" ofrecía un mini recital.
Las críticas a la lentitud de la Justicia en las causas de delitos de lesa humanidad cometidos por la dictadura cívico militar fue la consigna principal de la marcha que convocaron Abuelas de Plaza de Mayo, Familiares, H.I.J.O.S. y Madres Línea Fundadora. El puñado de mujeres partió abrazado por miles de personas a las 15.30 desde Piedras y Avenida de Mayo. Detrás de ellas marcharon otros organismos como la APDH, el CELS y, como queda dicho, una importante representación de la CTA.
El discurso a favor de la pena de muerte, que tomó impulso durante las últimas semanas de la mano de un grupo de estrellas de la televisión, tuvo respuesta en una y otra marcha. “En 33 años nunca pedimos justicia por mano propia ni la hicimos, ni nunca quisimos ni apoyamos la pena de muerte. Sólo queremos que vayan a la cárcel común por los crímenes que cometieron”, dejó en claro Nora Cortiñas, debajo del mismo pañuelo que lleva desde hace tres décadas.