Alrededor del mediodía de ayer, más de 100 colectivos salieron desde la República de los Niños hacia Plaza Italia en caravana, para marchar desde allí hacia Plaza San Martín e instalarse frente a la Gobernación, y hacer visible el reclamo para proteger y contener a los chicos “en vez de protegernos de ellos”. Banderas, canciones, bombos, batucadas, murgas, chicos, adolescentes, adultos, decoraron el centro de la capital de la Provincia. Durante la marcha, un grupo de personas se encargó de oscurecer la tarde.
Viviana, que es educadora en el Centro Belén de la Red El Encuentro de José C. Paz, fue secuestrada por una mujer y tres hombres, y subida a una camioneta en donde la golpearon salvajemente, la tajearon “en las palmas de la mano, en los brazos, en el vientre y en los pies”, como afirma la denuncia de la organización. Mientras se reclamaba por los derechos de los pibes, se ocuparon de golpear, torturar y amenazar para que se calle la denuncia, para que nos callen a los que queremos una vida digna para todos. “Para los que mutilan el prodigio de la vida el hambre no es un crimen. Denunciarlo sí”, finaliza el pronunciamiento.
Es el quinto atentado que sufren en el Movimiento, que se suman a otras intimidaciones a diferentes integrantes de CTA para que se silencien los reclamos y las denuncias. No hace falta demasiada lucidez para decir que no son producto de la casualidad. Y las autoridades, intentan implementar políticas que no van a favor de los reclamos, sino todo lo contrario. Encima se atenta contra ellos.
Las amenazas, los secuestros, las torturas, las intimidaciones, nunca vamos a taparlas por miedo. Y tampoco por miedo vamos a dejar de realizar las movilizaciones, las campañas, los reclamos, las denuncias que creemos (y sabemos) que son justas y necesarias. “No vamos a cambiar la campaña contra el hambre, por una campaña contra los atentados”, sentenció Diego Chichizola, referente del Movimiento de los Chicos del Pueblo.
El Estado debería ocuparse de aclarar estos hechos y de solucionar los problemas de la sociedad, de terminar con el hambre, de dar trabajo, de cumplir con las leyes que están vigentes. El Estado debería estar presente de igual manera para todos. Mientras tanto, las organizaciones seguiremos gritando que “el Hambre es un Crimen” y tenemos que pararlo.
Juventud CTA
La Plata - Ensenada