Se realizó ayer en Ezeiza una charla debate “Por la Paritaria Social hacia la Constituyente Social”. La jornada había comenzado a la mañana con una recorrida por barrios y comedores de la CTA en ese distrito, en los que se evidencia no sólo la ausencia del Estado sino también el crecimiento y la capacidad de lucha de cada compañero que forma esta Central. Las necesidades, el debate y la búsqueda de soluciones colectivas en el centro de la escena.

Un largo y fructífero día se vivió ayer en la Regional Ezeiza-Echeverría. Desde la mañana, con la visita al comedor (en construcción pero funcionando) del Barrio La Victoria hasta la tarde-noche, con el debate sobre la Paritaria Social hacia la Constituyente Social en la Cámara de Comercio de Monte Grande. Entre una y otra actividad, hubo visitas a los comedores de los barrios Santa Marta y La Paz, de las que participaron Hugo Godoy, Pablo Micheli, Pablo Masciángelo y Jorge Ravetti.

Por La Victoria luchamos

“El colectivo llega hasta acá” indica Jorge Ravetti (Secretario General adjunto de la CTA Regional Ezeiza-Echeverría) al llegar al final de la calle asfaltada. Lo que se ve más allá es un camino de tierra en mal estado, apenas un manchón de barro y agua que conduce hasta las casas, allá lejos, como a 15 cuadras, por donde (efectivamente) no pasa ni el colectivo, ni la ambulancia. Incluso, si algún auto se atreve corre el riesgo de quedar empantanado. Literalmente.

El comentario de Ravetti no es casual. Esto significa que los habitantes de aquel barrio, para ir a cualquier lado que no sea la casa vecina, deben caminar esas 15 cuadras. A veces ni vale la pena tomar el colectivo, porque para ir a la escuela, por ejemplo, ya se recorrió casi todo el camino.

El comedor de la CTA son cuatro paredes. Por ahora. No hay techo, ni ventanas, ni puertas, pero ya llegarán. La olla está afuera, y los chicos del barrio llegan a buscar el plato de comida. Mientras tanto, empieza el diálogo.

El barro es un problema, pero no el único. Cuentan que en las escuelas 4 y 39 no hay lugar para los chicos de La Victoria, y que no hay ninguna unidad sanitaria cerca. Cuentan que la electricidad llega a través de un cable hogareño, que el agua corriente no llega ni a la mitad del barrio. Y es lógico, son instalaciones hechas por los propios vecinos. No hay ayuda ni participación del Estado.

Hugo Godoy, Secretario General de la CTA bonaerense, recuerda entonces: “Cuando veníamos para acá, por la Canning, la ruta que llega hasta Monte Grande, vimos que la están haciendo autopista, con dos carriles por mano. Eso es obra pública para los countries. ¿Por qué tenemos que organizarnos? Porque tenemos que discutir como y en que se gasta, cuando y dónde se hacen las obras públicas”.

En Santa Marta, parecido

El comedor del Barrio Santa Marta funciona en la casa de Silvia. Llegar al único Jardín de Infantes (el 921) es una odisea, otra vez por el barro. El lugar va quedando chico, porque cada vez son más los pibes que necesitan un plato de comida. Hay quienes juegan con esa necesidad, y llegan los candidatos y hacen promesas, y cuentan los vecinos que siempre quedan esperando, buscando changas.

“Es que tenemos que organizarnos nosotros y no escuchar los cantos de sirena” dice Pablo Micheli, Secretario General Adjunto de la CTA Nacional. Y se pregunta: “¿Por qué mi hijo tiene asignación y los de ustedes no? ¿Vale más el hijo de un trabajador registrado que el de un trabajador desocupado? Tenemos que organizarnos para reclamar una asignación universal por hijo menor de 18 años, por una asignación universal para los mayores sin cobertura social”.

Al ver, verás

Así se llama el comedor del barrio La Paz. Llegar implica, otra vez, atravesar el barro. Es de día, y eso, según cuentan los vecinos, facilita las cosas. Es que no hay luces en el barrio. Con la caída del sol, todo es oscuridad. Y los vecinos cuentan, otra vez cuentan. Las luminarias se las prometieron ya ni saben cuantas veces, pero no están.

Jorge Ravetti insiste en la importancia de la organización popular: “Acá no va a venir nadie con una varita mágica a solucionar los problemas del barrio. O nos juntamos para discutir como exigirlo, o no lo hace nadie. Los problemas de este barrio son como los de otros barrios. Entonces, ¿por qué no juntarnos, unificar reclamos, y movilizarnos todos para exigir al Estado que dé solución a nuestros problemas? ¿Dónde está sino la distribución de la riqueza?”.

Por la Paritaria Social hacia la Constituyente Social

A las 6 de la tarde ya está todo listo en la Cámara de Comercio. Más de 250 compañeros de distintas organizaciones, entre quienes se encontraban Hugo Godoy (Secretario General de la CTA Bonaerense), Roberto Baradel (Secretario Adjunto), Pablo Masciángelo (Secretario de Interior), Manuel Trímboli (Vocal) y Jorge Ravetti (Secretario General Adjunto de la CTA regional).

Al inicio, el propio Ravetti dio la bienvenida y afirmó que “Está bien que haya retenciones, pero vamos a ser nosotros los que, con organización y unidad, vamos a hacer la distribución justa de la riqueza”.

Por su parte, Baradel afirmó que “no queremos que haya más comedores escolares. Queremos un país en el que todos los papás y las mamás tengan trabajo, un país donde nuestros pibes no se mueran porque se enferman de bronquilitis. Mientras tanto, organizamos la lucha”.

Luego, Hugo Godoy dijo que “aunque algunos dicen que se está reduciendo la pobreza, ustedes saben que la pobreza crece. Hace dos años que en nuestra provincia crece la mortalidad infantil. Está bien que hablen de la distribución, pero mejor es hacerla”.

A continuación, tomaron la palabra distintos compañeros de los barrios. Ernesto, del barrio La Corina, enumeró los problemas que causan los basurales que allí se instalaron. “De nada sirven los carteles que piden no arrojar basura. Se formaron basurales que contaminan el agua, además de hacer aún más intransitables los caminos”. Virginia, del Barrio Tristán Suarez, dijo que el mayor problema es el habitacional, y que es necesario reclamar en ese sentido por un programa de viviendas.

Surgió entonces la propuesta de mantenerse en estado de movilización y organizar de manera unificada las demandas para hacer una consulta popular que obligue a los que gobiernan a hacer lo que los barrios necesitan.

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