La Cumbre Sindical de América Latina, el Caribe y Europa, que se realizó en Madrid el 4 y 5 de mayo, se pronunció contra los acuerdos de asociación que “solo aspiran al beneficio de la Unión Europea”, y exigió que el principal debate en nuestra región deber ser sobre “el modelo productivo basado en el desarrollo sostenible de nuestros países y pueblos”. También impugnó los intentos de “negociar con gobiernos ilegítimos como el de Honduras”.

El 4 y 5 de mayo se realizó en Madrid, España, la 4ª Cumbre Sindical de América Latina, Caribe y la Unión Europea (ALC-UE), que contó con la participación de más de 100 delegados de organizaciones nacionales afiliadas en Europa a la Confederación Europea de Sindicatos (CES) y en América Latina y Caribe a la Confederación Sindical de las Américas (CSA) y también a otras federaciones y sindicatos invitados por las organizaciones convocantes.
Adolfo Aguirre, secretario de Relaciones Internacionales de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) y secretario General de la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur (CCSCS), explicó que “como resultado de los intensos debates entre las compañeras y compañeros allí reunidos, se consensuó un documento para ser presentado a los presidentes de la Unión Europea y América Latina que celebrarán una Cumbre en Madrid el 17 y 18 de mayo”.
Agregó que se trata de un “Llamamiento a los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, América Latina y Caribe para que desistan de establecer a acuerdos de asociación individuales con cada país, desconociendo a los bloques regionales; que las relaciones futuras posibles deben contemplar la necesidad de una dimensión socio-laboral y de trabajo decente; y que se deben garantizar los plenos derechos de los trabajadores migrantes”.
El dirigente subrayó que “la intención de la Unión Europea es realizar en esa Cumbre el lanzamiento oficial de las negociaciones de un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre la Unión Europea y el Mercosur”, por eso manifestó “el rechazo de la clase trabajadora organizada de nuestra región a este tipo de acuerdos que solo buscan ampliar la demanda de la Unión Europea, y aseguró que la principal discusión que debe darse tanto en el Mercosur como en toda América Latina es en torno a nuestro modelo productivo basado en el desarrollo sostenible de nuestros países y nuestros pueblos”.
El llamamiento sindical también expresó el rechazo “a negociar con gobiernos ilegítimos como el de Honduras, o que violen los derechos humanos y las libertades sindicales como los de Colombia y Guatemala”
En unos de los párrafos del documento el movimiento sindical recordó que “las actuales negociaciones para alcanzar Acuerdos de Asociación arrojan resultados contrarios a las dos regiones pues transitan intensa y esencialmente por el carril comercial”.
Y que además de los temas tradicionales de comercio, se incluyen en las negociaciones “la liberalización de los sectores de servicios”, también del sector financiero que “camina en el mismo sentido de lo que fue uno de los pilares que originó la crisis económica reciente. Una regulación absoluta del sector de propiedad intelectual, incluidas las discusiones sobre patentes y reglas de origen, atendiendo a la presión esencialmente de las empresas transnacionales en detrimento de las mayorías sociales; y una liberalización e internacionalización de las estratégicas áreas de compras gubernamentales, inviabilizando que estas sean usadas como instrumento para el desarrollo local, regional y nacional”.
Atacó sin tapujos los acuerdos UE-América Central y UE-Comunidad Andina porque “se ha desvirtuado el objetivo inicial de negociación bloque a bloque y promoviendo una negociación individual con Colombia y Perú, limitada a los aspectos comerciales dentro del modelo neoliberal de Tratados de Libre Comercio”. Y pidieron revisar los acuerdos existentes con México y Chile.
“Esto es aún más inaceptable -continuó- en el caso de Colombia, donde ocurren numerosas violaciones de los derechos de los trabajadores y donde hay impunidad ante los asesinatos de sindicalistas y de otros dirigentes y militantes sociales”.
También se refirió el documento a Guatemala donde “persisten altos niveles de corrupción, de violencia y de impunidad casi total en los casos de asesinatos de sindicalistas”.
La Cumbre Sindical tampoco olvidó condenar el golpe de Estado que “provocó el derrocamiento del presidente legitimo de Honduras”, aprobó las posiciones del Grupo de Río y de la OEA de no reconocimiento del nuevo presidente Porfirio Lobo, y demandó de los Estados “acciones más contundentes para el respeto de los derechos humanos, del sistema democrático y de las instituciones en todos los países”.
Finalmente se refirió el llamamiento al tema migraciones que “requieren de políticas coherentes de parte de los países de origen y de destino para garantizar que los trabajadores y trabajadoras migrantes gocen de los derechos laborales, la misma protección social, de convenios de seguridad social bi-regionales, y también de su derecho a no migrar”.

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