“Sintermetal tiene una larga historia de arbitrariedades. Produce básicamente cojinetes. Aquí, en Campana, trabajan 165 personas aproximadamente. Tiene otra planta donde fabrican otros productos como bujes y axiales” dicen los delegados a Engranajes

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¿Cómo se llegó al último paro?
Trabajadores: Llegamos después de muchísimas reuniones, en las cuales el patrón nunca dijo que no. Volvíamos a la fábrica, se hacían asambleas, incluso vinieron compañeros dirigentes de la UOM de Campana, que convocaron a asambleas por turno. En la última asamblea, en los primeros días de octubre y con una buena participación de los compañeros, se decide la medida de fuerza. De no tener una respuesta patronal, el jueves 6 a partir de las tres de la mañana comenzaba el paro. Se iba a poner gente en la puerta de fábrica y no iba a entrar nadie. Y eso fue lo que pasó los días 6 y 7 de octubre. Luego se hicieron movilizaciones en cada audiencia con el ministerio.

¿Qué es lo que se consiguió finalmente después del paro?
T: La empresa se comprometió apagar los adicionales para todos igual y reconocer las categorías que ya había dado. En cuanto a los accidentes, se avinieron a reconocer lo que por ley está establecido. El balance es positivo, hay que destacar como logro fundamental, más allá de lo que figura en las actas, que el trabajador a través del representante sindical participe en la organización del trabajo, cosa que anteriormente no ocurría. Aparte se consiguió dejar sentado que a la gente se la debe respetar en el trato cotidiano. Es el primer paro en 15 años.

¿Cuál es la historia del conflicto?
T:El año pasado empezamos a trabajar un poquito más organizados. Enfrentamos arbitrariedades cotidianas: malos tratos, insultos; sobretodo las compañeras mujeres sufren acoso sexual, groserías y prepotencia. Hay un clima de trabajo tenso, donde se fomenta la falta de confianza entre los compañeros. Arrancamos con el tema de las categorías que no se estaban respetando, y los accidentes que los venían pagando mal.

¿La discusión con la empresa se mantiene durante todos estos meses?
T: Desde el mes de marzo eran discusiones y más discusiones, muchas reuniones y no se avanzaba en nada en concreto, nos bicicleteaban. Todo esto hacía, a la vez, que la gente ya no creyera en nosotros, los delegados. Llegó un momento que la gente quiso una asamblea para pedir la renuncia nuestra.

Le salía redondo a la empresa, no concretaba ningún compromiso y metía cuña entre los trabajadores...
Claro, la gente no nos creía. Este conflicto da vuelta la cosa. Se fueron haciendo varias asambleas hasta que en la última fue como que la gente dijo: basta, hasta acá llegamos. Era muy importante que la gente comenzara a participar. Hay que tener en cuenta que en la empresa nunca se había llegado a una medida de fuerza.

¿Qué otros puntos se exigían a la empresa?
T:Además del tema de las categorías y de los adicionales, también se pedía que cambiara el maltrato de los supervisores, sobre todo hacia las compañeras quienes muchas veces terminaban llorando.

¿Cómo era esto?
T:Los supervisores además de sembrar la división, presionan permanentemente. Hay compañeras, que por haber sufrido algún accidente tienen que realizar tareas livianas. El supervisor no les asigna otro puesto y las presiona con que si no hacen el trabajo de siempre, se tienen que ir a su casa. A lo que se suma que la ART no considera enfermedad las hernias de disco que algunas padecemos por trabajar con pesos. Otro tema es el de las horas extras. Si por alguna razón justificada faltás el supervisor te saca la posibilidad de hacer horas extras, es decir te castigan. Aquí, en esta empresa, hacer extras es un premio, lo manejan así. Cuando se necesita las vuelven a dar, es como que juegan con las personas. Se aprovechan también porque muchas de estas mujeres son sostén de familia, a veces con muchos hijos, los maridos changuean. Entonces estas compañeras a veces están muy cansadas y piden algún día con certificado, pero luego por mucho tiempo no pueden hacer horas extras. Las viven castigando con esto. Una vez una compañera se cortó el dedo , se le estaba infectando y seguía trabajando aún con una infección. Luego nos confesó lo hacía para que no le sacaran las horas extras. Tenía el marido operado, necesitaba la plata, podría haber perdido el dedo. La empresa nos lleva a estos extremos.

¿En promedio cuantas horas trabajan?
T:Normalmente nueve y un porcentaje, más o menos el 50 por ciento, hace horas extras llegando a trabajar 12 horas. El turno tarde si hace extras sale a las tres de la mañana.

¿Hay muchos accidentes?
T:Muchos, porque hay mucha inseguridad. En dos años hubo 78 accidentes.

¿Qué tipos de accidentes?
T:Cortes en las manos. También una compañera casi se electrocutó por descarga del tester, recién después de eso pusieron cable a tierra, que no había. La mayoría de los accidentes se produce por las máquinas, porque no tienen seguros, no tienen topes, se activan solas. Hay una máquina que larga viruta caliente y la viruta se te pega a la piel, salta sobre todo a la cara y a los brazos. Se usan antiparras y barbijos, pero igual las compañeras se queman y las quemaduras son importantes. Lesiones que nunca reconoce la empresa como accidente. Hay máquinas que desparraman aceite y patinan todas las plataformas sobre las que están apoyadas, esto hace que se produzcan resbalones que traen como consecuencia múltiples lesiones.

¿Han tomado alguna medida en relación a este tema?
T:Tuvimos una audiencia en el Ministerio para proponer formar una comisión mixta para que el gremio pudiera participar, ya que el dueño planteó que ellos tienen una comisión. Nosotros les dijimos que la cantidad de accidentes que registra la empresa habla muy mal de esa comisión. El Ministerio no aceptó nuestra propuesta y nos contestaron que hay que esperar que salgan las nuevas disposiciones para las ART. Por otro lado en los últimos tiempos se levantó mucho la producción. Se ha intensificado el trabajo. Hace un tiempo se producía algo menos de un millón de cojinetes al mes y ahora estamos en un millón setecientos mil, en algunos momentos se llega a los dos millones. Y si bien se incorporó gente, para nada en la misma proporción.

¿Incorporaron nuevas tecnologías?
T:Sí, pero para realizar otro proceso, no agregaron tecnología más moderna en la producción tradicional.

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