Desde aquel entonces, continua en sus funciones el jefe de la policía local, Raúl Franzoia, quien fuera el responsable tanto de aquellos asesinatos como el de este fin de semana. La política de (in)seguridad que sigue imperando en la provincia de buenos aires, con el autogobierno de la fuerza, a caballo de los discursos represivos que estigmatizan a los jóvenes de clase obrera se ha cobrado una nueva víctima. El jefe de la bonaerense, Juan Carlos Paggi, y el Ministro de Seguridad de la Provincia, Ricardo Casals, son los principales responsables en implementar estas políticas de represión policial que lejos de reducir la violencia, la potencian apañando el accionar ilegal de la policial bonaerense.
Exigimos justicia para Lucas Rotela, la solidaridad a sus familiares y a la comunidad de Baradero y el necesario y rápido cambio en las políticas de seguridad en base a un control efectivo de la ciudadanía en la fuerza, conforme a los puntos del acuerdo por una seguridad democrática expresado desde el año pasado mediante el consenso de un gran arco de fuerzas políticas que se manifiestan a favor de una política estratégica que ponga a la policía bonaerense en el papel de defender a todos los ciudadanos, sin discriminaciones ni estigmatizaciones hacia la juventud.
Es hora de que el gobernador Scioli comience a alinear la política de seguridad de la provincia con los dictados nacionales de la Ministra Nilda Garre, en vez de ensayar medidas facilistas que contribuyen a empeorar el problema.
Desde la Mesa Provincial de la CTA, y en particular, desde la juventud de la CTA, seguiremos organizados en campañas para que la problemática de la seguridad se aborde seriamente, en función de la defensa de los derechos de nuestro pueblo
