El acto de homenaje a Adelina Dematti de Alaye, a un mes de su fallecimiento, se realizó este viernes a las 15 en el auditorio del Anexo de la cámara de Diputados provincial. Estuvieron presentes funcionarios, militantes sociales y políticos y Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.

La Secretaria de DDHH de SUTEBA Suteba Rosana Merlos resaltó la carrera docente de Adelina y recordó que cada vez que se encontraban, ella les contaba historias. “Por eso ese archivo que creó y guardó es tan importante, y quiero comprometerme acá a dar la pelea para que todo ese material, de alguna forma, esté en las escuelas y que los maestros tengan acceso directo a él”.

Merlos aseguró que en el plano político, el individualismo está aflorando por parte de autoridades y sociedad civil: “el tema de la meritocracia, la creencia de que el esfuerzo individual es lo que vale. Nosotros creemos que no, como creía Adelina. Creemos que la construcción colectiva es lo que permite transformar la realidad y que la escuela es un engranaje necesario para transmitir la memoria, un lugar que necesariamente nos deja marcas”, expresó.

En la previa del acto conmemoratorio, Rosa Bru -madre de Miguel Bru, torturado y desaparecido en los 90 por la policía bonaerense- dialogó con REALPOLITIK y expresó que “es un merecido homenaje y no podía faltar. Siempre me emociona hablar de Adelina, porque fue una persona más que especial y una referente muy fuerte en la lucha por Miguel”.

Bru aseguró que Adelina fue una de las primeras Madres que se acercó a ella y le sugirió que empezara a usar el pañuelo: “Insistía con que también el estado había desaparecido a mi hijo. Nunca lo quise usar hasta que me dieron el Honoris Cusa, y Adelina bordó con sus propias manos el pañuelo Miguel Bru. Alguna vez tendría que haber tenido el honor de usarlo, pero me parecía que les faltaba el respeto a las Madres porque su lucha era incomparable con la mía”, consideró.

“Adelina era irreemplazable, era de estar en todos lados. Y una sentía que si estaba ella, estaban todas las demás Madres”, recordó Bru. Además, puntualizó en la importancia de demostrarle al actual gobierno que “no olvidamos y no perdonamos; no vamos a bajar los brazos”. Aseguró que los jóvenes seguirán el camino de las Madres y Abuelasy pidió no olvidar el esfuerzo que hicieron no sólo por sus hijos, sino también por el país.

Por su parte Elena Mariani, dirigente de DDHH y ex concejala, recordó a los asistentes que la ordenanza para señalar todos los centros clandestinos de detención en La Plata había sido pensada y diseñada por Adelina. “Estamos hablando de una vida fructífera, que tuvo como base el dolor, de una mujer que nunca bajólos brazos y que además, a sus 70 años, se enamoró y se volvió a casar. Y a pesar que no duró mucho fue muy feliz, y eso habla también de su valentía como mujer”, aclaró.

Mariani expresó que una de las grandes enseñanzas de Alaye fue que “aún en las circunstancias más adversas, llegó a poder ver la verdad y la justicia, y por eso también enamorarse de un proyecto político. Aunque creamos que la impunidad se puede instalar, en esta lucha no hay vuelta atrás”, aseveró.

A su turno, el titular del programa ATAJO y ex defensor penal juvenil, Julián Axat, leyó un poema dedicado a las Madres y dijo que su legado “es un legado de energía, de transmisión generacional y de fuerza. Es la transformación del dolor en resistencia y un acto de justicia y memoria”. El juez Carlos Rozanski, presidente del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 1, reflexionó acerca de la paradoja sobre cómo el terrorismo de Estado supo generar un grupo de resistencia como el de Madres y Abuelas. “Lo que el terrorismo ocasionó fueron tragedias, tragedias mortales, pero ese mismo proceso que buscó generar terror para que no hubiera resistencia suficiente, creó un movimiento que no sólo contrarrestó el terror sino que además contuvo mucho amor”.

El juez aseguró que este hecho “demuestra que no hace falta una sociedad completa para que se haga una revolución”, y que el camino más importante debe ser destruir la impunidad. “Cuando gente como Adelina y cada una de las Madres que están acá decidieron transformar su dolor en un acto revolucionario, y plantarse hasta el último día de su vida, se consolidó el concepto de “’no pasarán’".

Fuente: www.REALPOLITIK.com.ar