Más de 1 metro de agua en algunos barrios, 14 escuelas funcionando como centros de evacuación, más de 100 milímetros de agua caídos, 2000 evacuados, todos números que por sí solos no llegan a reflejar lo que las familias afectadas están viviendo

Para eso es necesario estar en los barrios, en los centros de evacuados cuando las familias llegan, aferrándose a lo poco que les queda dentro de una mochila o una bolsa plástica. Atrás quedaron sus casas, su cocina, su ropa, los juguetes de sus hijos, esas fotos familiares que la velocidad de la crecida no les permitió rescatar.

Lo más cómodo para algunos es pensar que la culpa la tienen ellos, por asentarse en humedales o en tierras cercanas a las cuencas de los ríos, o que la culpa es de la intensa lluvia, fenómeno meteorológico sorpresivo y ajeno a toda responsabilidad humana. Pero lo cierto es que hay otras razones, otros responsables, otros números de los cuales pocos hablan. Pocos cuentan que existe la ACUMAR (Autoridad Cuenca Matanza Riachuelo) ente creado para solucionar estos problemas, pocos dicen que el ACUMAR es responsabilidad exclusiva de Macri, de Larreta y de Vidal, pero muchísimo menos dicen, qué se hizo con los $ 17.118.400.398 que en teoría el gobierno nacional, el gobierno provincial y el capitalino, aducen haber invertido para la cuenca Matanza-Riachuelo para el ejercicio 2018, aunque si tomamos los hechos recientes, comprendemos que la respuesta es NADA.

Al presidente Macri queremos decirle, por si no se enteró, que en La Matanza “el agua sobra”. Que como dice él, hay obras necesarias que no se realizaron, y que todo eso es responsabilidad suya.

A la gobernadora Vidal queremos expresarle que lxs Matancerxs nos alegramos que nuestrxs compatriotas de Salto y Areco, no se hayan inundado, pero que eso no impide que las aguas entren en nuestros barrios, ni apacigua la angustia que sentimos por haber perdido todo, ni calma el llanto de nuestros hijos pequeños, que reviven una y otra vez el dantesco recuerdo de ver su casa bajo el agua, ni tampoco nos libera del próximo escenario de devastación que nos espera, cuando las aguas bajen y retornemos a nuestras casas, y eso… eso también es responsabilidad suya.

Sabemos que en una casa que está bajo el agua no se puede timbrear, pero aun así seguimos esperando a la gobernadora, seguimos esperando la asistencia del gobierno provincial que hoy brilla por su ausencia. Porque por más que se paseen de set televisivo en set televisivo, y hablen de cifras millonarias invertidas en infraestructura, el agua que hoy inunda nuestras casas nos dice que en La Matanza, los números no cierran.

SECRETARIA DE COMUNICACIÓN
CTA MATANZA