Con el amanecer del día de miércoles 12 de diciembre, los trabajadores y las trabajadoras de Agroindustria nos encontramos con una de las peores noticias posibles: nuestro compañero Maximiliano Taddeo Costa, de la Dirección Nacional de Desarrollo Forestoindustrial, se quitó la vida en el que fuera su lugar de trabajo hasta ayer.

Las circunstancias que motivan semejante decisión son, obviamente, complejas y parte de la intimidad de Maximiliano. Pero es insoslayable que la presión y la angustia a la que nos ha sometido la gestión de la actual Secretaría durante todo este año han agudizado al extremo las ya de por sí precarias condiciones de existencia a las que estamos sometidos y sometidas todos los trabajadores y todas las trabajadoras del estado.

Casi mil despidos, desmantelamiento absoluto de áreas por demás sensibles, como el área de Salud, maltrato y desprecio por los trabajadores y las trabajadoras se han convertido en un cóctel indigerible para la mayoría de nosotros y nosotras.
No se trata, claro, ni de entrometerse en la vida privada de Maxi ni de hacer un aprovechamiento morboso de su decisión. Sí de marcar que así no se puede seguir, que el límite no puede ser la vida de todos nosotros y todas nosotras, que necesitamos imperiosamente que este estado de cosas se revierta y, sobre todo, que quienes son responsables de esta situación, los funcionarios y las funcionarias de la actual gestión de la Secretaría de Agroindustria, renuncien inmediatamente a sus cargos, en especial el principal responsable, Luis Miguel Etchevehere.

Desde ya acompañamos a los familiares, amigos y amigas de Maximiliano en este momento tan duro y ponemos el sindicato todo a su entera disposición.

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