El lunes 12 de noviembre la CTA junto al MTL, la CTEP y demás organizaciones se movilizaron hasta el INAES en defensa de los obreros de Frigocarne sin patrón, empresa recuperada por sus trabajadores que hoy es amenazada por las determinaciones de dicho organismo estatal, que viene respondiendo a los intereses de las corporaciones de la carne.

Presión sobre las recuperadas
Protesta de Frigocarne ante el intento de quitarle la matrícula (de Página12)

Los trabajadores de la empresa recuperada tomaron el hall del Inaes hasta que anunciaron que se revertía la medida. El caso de Frigocarne se suma al de la autogestionada Renacer, que fue desalojada el fin de semana.

La recuperada Frigocarne es la principal industria de la localidad de Máximo Paz. La planta da empleo a 142 personas de manera directa, y a otras 60 que dependen de la faena indirectamente, haciendo tareas de logística. Ante un intento del Inaes de suspenderle la matrícula, sus trabajadores tomaron el hall del edificio, donde permanecieron pacíficamente durante cuatro horas hasta conseguir un aplazamiento de la medida. “La Mesa de la Carne está operando con el gobierno para sacarnos del juego, después del esfuerzo que hicimos durante 15 años para sostener nuestra fuente de trabajo”, denunció Miguel Saavedra, secretario de la cooperativa. El caso de Frigocarne se suma al desalojo de la autogestionada Renacer –el sábado, revertido luego por orden de un fiscal–, y muestra el aumento de la presión sobre las fábricas recuperadas, en momentos en que, por los cierres de empresas, hay más ocupaciones.

Los trabajadores de la cooperativa llegaron al Inaes con el secretario de Producción y Empleo del municipio de Cañuelas, Juan Angel Cruz. La intendencia respaldó con este gesto el reclamo de la recuperada, que tiene quince años de historia pero viene de pasar todo el 2017 y parte de 2018 en un duro paréntesis, sin poder producir, hasta que en julio volvió a la actividad faenando para terceros.

“Venimos de ese año y medio cuidando de la planta para que no se robaran las cosas, padeciendo la familia entera, comiendo lo que podíamos porque no teníamos una salida. Y cuando conseguimos reactivarla, en tres meses nos mandaron 25 inspecciones. El Inaes busca cualquier artilugio posible para sacarnos del juego” apuntó Pedro Acosta en la puerta del organismo mientras sus compañeros sostenían la permanencia.

El motivo para suspender la matrícula es que en una de las inspecciones el organismo encontró que 60 de los trabajadores no tenían tramitada el alta como monotributistas sociales. Ante este hecho, planteó que la cooperativa no era tal y que hacía competencia desleal a la industria frigorífica.

“Fue una situación derivada de que los trabajadores estuvieren un año y medio sin producir, y ya fue subsanada, todos tienen su alta. Pero el Inaes pretende ahora que esos compañeros en lugar de ser asociados pasen a ser inscriptos como empleados de la cooperativa”, contó el abogado Sebastián Demichelli, uno de los que participaron de una improvisada audiencia con los funcionarios.

Esta medida incrementaría los gastos de la recuperada en un millón de pesos por mes, afectando la continuidad del frigorífico en el actual escenario de altísimas tarifas de servicios. La factura de electricidad que está pagando la cooperativa ronda los 600 mil pesos mensuales.

La Federación de Trabajadores por la Economía Social, la Ctep, la Corriente Clasista y Combativa, el Frente Barrial de la CTA y el Movimiento Territorial de Liberación fueron algunos de los movimientos que se acercaron a la protesta para dar su apoyo.

“El Inaes viene de dar de baja a 6 mil cooperativas de trabajo en todo el país. Todas las políticas de Cambiemos apuntan a desarmar las cooperativas. Lo que hizo con Frigocarne durante todo el año fue presionarla diciendo que no tenían asociados, que no eran en realidad una cooperativa... incluso los instaron a hacer una Sociedad Anónima. Y ahora esto de intentar suspenderles una matrícula, que también lo están haciendo con otras recuperadas, como La Foresta y Yaguané”, apuntó Eduardo Montes, de Fetraes.

El sábado, un operativo policial desalojó a los trabajadores de la cooperativa Renacer, una de las más recientes recuperadas de la Ciudad de Buenos Aires, dedicada a la marroquinería. La medida pudo ser revertida este lunes por orden del fiscal penal contravencional Miguel Kessler, que dispuso que el edificio sea restituido a los trabajadores y se designe a como depositario judicial de la fabrica y sus bienes al presidente de la cooperativa.

Según un informe dado a conocer esta semana por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), en los últimos dos meses los despidos y suspensiones se multiplicaron por siete. Una de cada diez de las cesantías registradas en el año se debió al cierre de empresas. En el caso de la industria, la proporción sube a una cada siete. En varias de las plantas que bajaron la persiana hay trabajadores en conflicto que entre sus opciones evalúan o que ya avanzaron en la salida de la autogestión. Entre los casos recientes están los de Roux Ocefa, la aceitera La Matanza, el bar Adela’s, la metalúrgica de Canale, Cerámica San Luis. En la compleja situación que atraviesan, ahogadas por la apertura de las importaciones, la suba de las tarifas y la caída del consumo, las recuperadas achican los retiros y se reducen al mínimo. Pero sigue siendo el sector que menos puestos de trabajo pierde.