Documento elaborado por la CTA Mar del Plata y leído en el Encuentro de la Militancia con delegados y referente de las organizaciones que componen la CTA local este lunes 21/12.

Los trabajadores nucleados en la CTA de los Trabajadores hemos sido protagonistas junto a importantes sectores de nuestro pueblo, de las luchas por la recuperación de la Nación y de la noción de Patria destruidos por las políticas Neoliberales de la Dictadura cívico-militar, el Menemismo y la Alianza. Nos ha costado muchos años de esfuerzos y sacrificios salir de la lucha que dimos para poder comer y tener el trabajo que nos habían quitado. Hemos construido día a día Derechos Laborales y Civiles y dignidad para todos los Argentinos y aunque es mucho lo que faltaba por hacer antes del 22 de Noviembre, el piso de condiciones de vida es hoy muy superior al que vivíamos el 19 y 20 de Diciembre de 2001.

Redistribución regresiva

Desde la asunción de Mauricio Macri como presidente, el nuevo gobierno anunció y tomó un conjunto de medidas que tienen un único objetivo: vaciar el bolsillo de los trabajadores y llenar el de los ricos.
Cumpliendo sus promesas de campaña, las primeras medidas indican una reorientación económica neoliberal que busca realizar una gigantesca transferencia de los recursos hacia el sector financiero, agropecuario y exportadores en general a expensas de los trabajadores.
Esta transferencia se viene realizando mediante una combinación de medidas económicas como la quita de retenciones, de subsidios, la apertura de las importaciones y exportaciones, la suba de las tasas de interés y la reducción de políticas que fijaban precios de alimentos ( precios cuidados), que encontraron su punto culmine en la devaluación anunciada el jueves 17 de diciembre.
Esta devaluación significó un impacto directo en el bolsillo de los trabajadores. Desde entonces quienes vivimos de nuestro salario en pesos sufrimos una pérdida creciente de nuestro poder de compra. Con la excusa de un supuesto” sinceramiento de la economía”, se libero el dólar y esto produjo un aumento de precios que varía entre 40% y el 200 % . De esta forma el nuevo gobierno logró que los productos de primera necesidad se transformaran en un lujo inaccesible. En esto consiste una devaluación: reducir el poder de compra de los trabajadores.

Lo que viene

Trabajamos doce años para reconstruir el país. Los trabajadores pusimos el hombro y logramos resultados, pero este nuevo gobierno, en el que la mayoría de los funcionarios son parte de las empresas más importantes, nos ha hecho retroceder un 40% en quince días y nos anuncia más.
Los trabajadores no podemos permitir que se sigan deteriorando nuestras condiciones de vida y aunque algunos empresarios quieran seguir bajando nuestro salario y quitarnos la fuente de trabajo, la UNIDAD DE LOS TRABAJADORES es la única herramienta que nos puede permitir frenar esta REDISTRIBUCIÓN REGRESIVA de la riqueza en la Argentina.

Declaración de Navidad

Hemos tenido en los últimos años la tranquilidad de la mesa servida en Navidad, hoy esto está en grave riesgo. Sólo la unidad de los trabajadores, la conciencia clara de que nos están sacando la plata del bolsillo y la disposición a defender con las PARITARIAS el poder adquisitivo de los salarios, en la calle si es necesario, codo a codo, posibilitará evitar que profundicen este despojo y recuperar lo perdido en quince días de GOBIERNO de los PATRONES.
Comisiones directivas de sindicatos, delegados, organizaciones barriales y sociales, Asociaciones de Profesionales y trabajadores integrantes de la CTA de los Trabajadores defenderemos los derechos conquistados, por nuestro bienestar, por la grandeza de la Patria y por la felicidad de nuestro PUEBLO. Frente a este escenario los trabajadores no podemos quedarnos a esperar. La defensa del salario es una tarea que debe orientar nuestros esfuerzos y constituye el pilar de un modelo que definió los logros alcanzados durante los últimos 12 años.

En esta NAVIDAD de 2015 nos comprometemos a trabajar con todos los sectores de la Sociedad que no estén dispuestos a aceptar mansamente que nos quiten lo que hemos construido y esté dispuestos a defenderlo con nosotros.

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