Representada por su Secretaria de DDHH, María Reigada, la CTA Provincia de Buenos Aires participó del homenaje a la monja Léonie Duquet en la iglesia San Pablo de Ramos Mejía donde fue secuestrada por la dictadura militar el 10 de Diciembre de 1977.

El domingo 28 de junio, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, la Secretaría de DDHH de la CTA Pcia. de Bs. As, miembros de CTA La Matanza e integrantes de la agrupación HIJOS La Matanza colocaron una placa para recordarla ahí de donde se la llevaron, el lugar donde vivía y trabajaba: la Iglesia San Pablo de Ramos Mejía.

El acto comenzó a las 10 de la mañana en la calle Espora 1247, en coincidencia con la celebración de San Pedro y San Pablo. La placa recuerda el rostro de Léonie y fue bendecida por el obispo de La Matanza.

Léonie había nacido el 9 de abril de 1916 en Longemaison, Francia, y vivía en la Argentina como parte de la congregación del Instituto de Misiones Extranjeras. Fue secuestrada por un Grupo de Tareas al mando de Alfredo Astiz -que había logrado infiltrarse entre los familiares de desaparecidos- y trasladada a la ESMA. Su cuerpo apareció enterrado como NN en el cementerio de General Lavalle, y Léonie fue identificada el 29 agosto de 2005. Sus restos descansan en la Iglesia de la Santa Cruz. De esa Iglesia fue secuestrada -dos días antes que Leonie- sor Alice Domon, que también era una hermana francesa del Instituto de Misiones Extranjera, con fuerte trabajo social. Las dos fueron fotografiadas durante su secuestro en la ESMA, antes de que las arrojaran al mar en los vuelos de la muerte.

El rol de Alfredo Astiz fue determinante para concretar esos y otros secuestros durante la última dictadura. Al hacerse pasar por víctima, no sólo manejaba la información intima del grupo de familiares de desaparecidos sino que conocía los movimientos de cada uno de ellos.

Entre los papeles de Leonie, se encontraron muchos escritos donde despliega el eje de su trabajo pastoral. El 12 de noviembre de 1972, escribió una carta que fue repartida durante el homenaje: "Nuestro instituto se compromete más al servicio de los mas oprimidos. No es una actitud de asistencia, lo que prolongaría la situación de dependencia, sino de colaboración con nuestra presencia para asumir verdaderamente su destino de naciones libres y responsables. La evangelización es inseparable de la lucha por la justicia y la promoción humana, compromisos con la historia de esos países en el seno de las diferentes iglesias locales, comprometerse con el pueblo, hasta las últimas consecuencias".

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