El Cordobazo marca el punto de ascenso de la luchas de clases en nuestro país, es la continuación del proceso de resistencia que había comenzado en 1955 y el comienzo de una etapa, que sin dudas, es ejemplo para todos los jóvenes que soñamos con una patria liberada.

“Nuestras armas son la verdad, la libertad, la justicia y la dignidad. Cuando fuimos detenidos no bajamos la cabeza. Dijimos que sí, que habíamos votado un paro de treinta y seis horas, que habíamos resuelto manifestaciones callejeras para reclamar por nuestros derechos. Y dijimos que la violencia estaba desatada por la represión”. Agustín Tosco.

En 1967 el comandante Guevara es asesinado en Bolivia, al año siguiente las calles mexicanas se tiñeron de sangre de estudiantes, mientras que en Francia, el mes de mayo los jóvenes marcaban el comienzo de una etapa de rebelión. En 1969 el hombre llegó a la luna, miles de jóvenes estadounidenses danzaron durante 3 días bajo el agua en Woodstock para decirle no a la guerra en Vietnam, al tiempo que comenzaban los bombardeos contra Camboya y la Revolución Cubana cumplía 10 años. En el sur de América los estudiantes y los trabajadores se preparaban, quizás sin saberlo, para escribir una de las páginas más importantes en la historia de las disputas obreras en la Argentina.

El Cordobazo marca el punto de ascenso de la luchas de clases en nuestro país, es la continuación del proceso de resistencia que había comenzado en 1955 y el comienzo de una etapa, que sin dudas, es ejemplo para todos los jóvenes que soñamos con una patria liberada.

La dictadura de Onganía golpeaba al pueblo con la violencia del garrote y las medidas económicas: se intervienen las universidades, clausuran medios periodísticos y se reprime cualquier acto de protesta. Sin embargo, en Córdoba, los días 15 y 16 de Mayo los trabajadores metalúrgicos (UOM), los trabajadores del transporte (UTA) y los mecánicos (SMATA), declaran paros contra las quitas zonales y el no reconocimiento de la antigüedad por transferencia de empresas, y provocan la confluencia de los sectores sindicales existentes en la provincia: los peronistas tradicionales, los peronistas combativos con Elpidio Torres, Atilio López y Tapia y los comunistas e independientes con Agustín Tosco a la cabeza. Era esta la continuación de una experiencia de lucha y unidad de los trabajadores que había surgido con la aparición de la CGT de los Argentinos, encabezada por Raymundo Ongaro, en 1968. Era la expresión de un nuevo gremialismo combativo, democrático y antiburocrático, al que se sumaban además Jorge Dipascuale, Gustavo Rearte, Armando Jaime, los hermanos Villaflor, René Salamanca y Alberto Piccinini entre muchos otros. Simbolizaban un proyecto de sindicalismo combativo y revolucionario, que nacido dentro del peronismo, proponía ir más allá, buscando una mayor participación de los trabajadores en el reparto de la riqueza y la toma de decisiones.

El 14 de Mayo los obreros mecánicos realizan una asamblea, y a la salida, al ser reprimidos, defienden sus derechos en una verdadera batalla campal en el centro de la ciudad de Córdoba.

Agustín Tosco cuenta cómo se fueron dando los acontecimientos: “Los atropellos, la opresión, el desconocimiento de un sin número de derechos, la vergüenza de todos los actos de gobierno, los problemas del estudiantado y de los centros vecinales se suman. Se paraliza totalmente la ciudad el día 16 de Mayo. Nadie trabaja. Todos protestan. El gobierno reprime. En otros lugares del país, estallan conflictos estudiantiles por las privatizaciones de los comedores universitarios”.

En Corrientes es asesinado el estudiante Juan José Cabral, sumándose al de Santiago Pampillón, estudiante y delegado del SMATA cordobés, 3 años antes.

El día 18 matan en Rosario a otro joven: Adolfo Ramón Bello. Es un hecho que tiene gran repercusión en toda la población Cordobesa. Se dispone el cierre de la Universidad. Todas las agrupaciones estudiantiles protestan y preparan actos y manifestaciones.

Dice Tosco: “Realizamos con los estudiantes y los Sacerdotes del Tercer Mundo una marcha de silencio en homenaje a los caídos. El día 20 de Mayo fui detenido e incomunicado en el Departamento de Policía por averiguación de antecedentes. Recupero la libertad al día siguiente”.

El día 21, se concreta un paro general de estudiantes. Una serie de comunicados del movimiento obrero lo apoyan. En Rosario cae una víctima más, el estudiante y aprendiz de metalúrgico Norberto Blanco.

El 22 los estudiantes de la Universidad Católica se declaran en estado de asamblea y son apoyados por el resto del movimiento estudiantil. Al día siguiente es copado el Barrio Clínicas por los Estudiantes. Se producen fogatas, choques. Los enfrentamientos con la policía se hacen cada vez más graves.

“El día 25 de Mayo, hablo en la Universidad Católica de Córdoba y hago una severa crítica y condena a los sangrientos atropellos de la Policía y de los arbitrarios procedimientos del Consejo de Guerra en Rosario. El día 26, el movimiento obrero en Córdoba, por medio de los dos plenarios realizados, resuelve un paro general de actividades de 37 horas a partir de las 11 del 29 de Mayo y con abandono de trabajo y concentraciones públicas de protesta. Los estudiantes adhieren en todo a las resoluciones de ambas CGT.” Cuenta Agustín Tosco en una entrevista tiempo más tarde.

Dicen que el 29 amaneció tenso, el aire era espeso en el frío de la mañana Cordobesa: “Todo se prepara para el gran paro. La indignación es pública y elocuente en todos los estratos de la población. No hay espontaneismo. Ni improvisación. Ni grupos extraños a las resoluciones adoptadas. Los sindicatos se organizan y los estudiantes también. Se fijan los lugares de concentración. Cómo se realizarán las marchas”. Y el gringo Tosco, líder sindical con tantas batallas sobre los hombros, sabía que no iba a ser un paro más.

20.000 obreros en la columna del SMATA y 10.000 en la de Luz y Fuerza comienzan a inquietar a la policía. Se dispara a quemarropa y es asesinado el obrero mecánico Máximo Menna. Este crimen enardeció aun mas a los trabajadores y al pueblo en su conjunto, que enfrentó abiertamente las fuerzas represivas arrojando todo tipo de proyectiles desde las columnas, las casas y balcones. Se multiplican las barricadas. Las columnas obreras combaten palmo a palmo con la policía que las 13 se retira derrotada hacia el Cuartel Central. Cuando cayó la noche, en los barrios de Córdoba se seguían escuchando los enfrenamientos aislados. Concluía una de las jornadas más importantes en la tradición de lucha de los trabajadores argentinos.

Cómo un protesta se convierte en historia, cómo el pueblo es capaz de poner en jaque a una dictadura. El Cordobazo significa un quiebre, es la bronca que se convierte en rebeldía y la rebeldía en organización. Son los brazos unidos de los compañeros del pueblo, que se conocen en las calles, que se solidarizan: arman una barricada, lanzan piedras, deben correr, se agrupan en alguna esquina y vuelven a cargar contra los tanques. El Cordobazo es el avance de las organizaciones populares, aquí comienzan a ensayar las formaciones especiales del Partido Revolucionario de los Trabajadores por ejemplo. Es la demostración elocuente de que un pueblo unido y organizado es invencible.

37 años han pasado. Y somos los jóvenes quienes debemos levantar aquellas banderas, ser un solo puño con todos los compañeros del pueblo en la lucha por una América Latina unida y una Patria justa y liberada. Porque le pese a quien le pese, la juventud se organiza, pelea, construye, y que se sepa: en cada rincón de la Argentina, caminan por las calles los hijos del Cordobazo.

Juventud

Provincia de Buenos Aires

"Unidad para Luchar, organización para Vencer"

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