En la anteúltima audiencia del juicio contra el ex capellán de la bonaerense, los letrados Marta Vedio de la APDH y Marcelo Ponce de la CTA pidieron prisión perpetua para el ex cura. Otros solicitaron la condena por genocidio y reclusión perpetua. Mientras que la fiscalía pidió que se lo condene por a reclusión perpetua. Mañana es el turno de la defensa y por la tarde se leerá la sentencia. A tal efecto la CTA y la APDH convocaron a una concentración para mañana, a las 10, en las puerta de los tribunales en 8 y 51

En la penúltima audiencia del juicio contra el ex Capellán de la Policía Bonaerense, Cristian Von Wernich, por ser considerado partícipe necesario en 42 privaciones ilegales de la libertad, torturas y 7 homicidios cometidos en la última dictadura militar se leyeron los cinco alegatos incriminatorios de las distintas querellas y de la Fiscalía.

En esta oportunidad brindaron su respaldo al juicio contra el cura numerosos dirigentes políticos, sociales, sindicales y de organizaciones de derechos humanos que se encontraban en la sala de audiencias y entre los que se destacan los Víctor De Gennaro, Víctor Mendivil, Ricardo Peidro, Hugo Godoy, Rosana Merlos y Gustavo Zurbano de la CTA, Alicia Peralta y Berta Fridman de APDH LA PLATA.

En primer lugar alegó el abogado de la familia del periodista Jacobo Timerman, Alejo Ramos Padilla, quien pidió “la condena máxima de la escala penal” para el sacerdote. Es decir, reclusión perpetua. Según el letrado “Von Wernich no tenía escrúpulos y usaba su investidura sacerdotal para colaborar con la dictadura”.

Además, consideró que el cura “fue coautor de la privación ilegal de la libertad y las torturas sufridas por Timerman” y explicó que estos delitos “se ven agravados por los homicidios de los que el sacerdote es acusado”.

Al exponer su alegato ante el Tribunal Oral Federal Nº 1 de La Plata, Padilla afirmó que el cura “era parte de un grupo itinerante que recorría los centros clandestinos de detención” y agregó que, tal como señalaron otros testigos, “era parte de un cuerpo colegiado de la tortura y su rol era de agente de inteligencia, era un investigador vestido de sotana”.

Por ultimo, Ramos señaló que “por el secuestro y las torturas sufridas por Jacobo Timerman, por 42 privaciones ilegales de la libertad, por 31 casos de torturas y por 7 homicidios, pido la pena única de reclusión perpetua” para Von Wernich.

En segundo lugar, el alegato de la querella unificada ‘Justicia Ya’ inició su lectura solicitando para el ex cura la condena de autor de “genocidio”. Las letradas requirieron también que se cambie la carátula de la causa a “genocidio”, al considerar que el sacerdote “actuó con impunidad y alevosía, en el marco del plan integral de los militares”.

“Von Wernich fue autor y pieza clave del genocidio desarrollado por la dictadura. Por eso pedimos que se cambie la carátula y que se lo condene por genocidio”, enfatizó la abogada. A su vez, expresó que el ex jefe de la policía bonaerense Ramón Camps “elogiaba a Von Wernich”, quien -a su entender- “no vaciló en las torturas”.

Un alegato que sentará jurisprudencia

Los letrados que representan a la querella unificada de la Asamblea por los Derechos Humanos La Plata (APDH LP) y la Central de los Trabajadores de la Argentina (CTA) fueron a fondo con el reclamo de justicia al centrar su alegato en la precisión de las normas jurídicas vigentes sobre materia de los derechos humanos y los crímenes de lesa humanidad y en el estudio y la historia del derecho sobre los mismos.

En ese contexto, Marta Vedio, representante de la APDH, indicó que “las cuestiones de hecho que –sometidas al examen del tribunal- han quedado plenamente acreditadas por la prueba rendida en el presente juicio”.

Además indico que “las sentencias dictadas por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal en las causas Nº 13 y 44 dieron por acreditadas las privaciones ilegales de la libertad que sufrieron los siete miembros de este grupo; que particularmente Liliana Amalia Galarza fue mantenida ilegalmente alojada en la sede de la Brigada de Investigaciones de La Plata, que tuvo una hija en cautiverio y que la pequeña fue entregada a la familia de la madre a la edad de seis meses. No se probó en aquellos autos que Liliana hubiera recuperado su libertad, sino que nunca más fue vista”.

Y agrego en su alegato que “en cuanto a la aplicación de tormentos, era la práctica uniformemente instituida para los prisioneros, de los cuales se buscaba extraer con mucha rapidez información útil para revelar el paradero de otros militantes a los cuales los detenidos pudieran delatar y así continuar la llamada cadena de caídas”. Y aseveró que “la Brigada de Investigaciones de La Plata funcionaba como un centro de recepción, primeros interrogatorios y distribución de prisioneros, por lo tanto era en coordinación con el destacamento policial de Arana el principal centro de torturas, ya que los represores entendían que la información debía obtenerse rápidamente”.

De este modo Vedio enumeró uno a uno todos los hechos denunciados y probados por los testigos que sufrieron el tormento en la ultima dictadura y que son muchos los que “atestiguaron haber visto u oído que un cura participaba de las torturas”.

Por ultimo, la abogada y referente de los derechos humanos indicó que “este Creonte amenazó a las familias con un castigo si hablaban públicamente de sus hijos desaparecidos, igual que el personaje original amenazó a Antígona con la lapidación. Frente a esos padres, hizo desaparecer la desaparición, de modo tal que estas nuevas víctimas que son los familiares, tardan años en empezar a producir un duelo que todavía no les es habilitado por la clandestinidad de la muerte y la privación de los cuerpos”.

“El cuerpo de los siete desaparecidos queda así fuera del registro simbólico que es condición del duelo. Y esto es decisión de un poder arbitrario conformado por un colectivo de funcionarios militares, civiles y policíacos, empresarios y religiosos, pero encarnado por Christian Federico Von Wernich. Decisión que como bien dijo María Mercedes Molina Galarza, ha decidido mantener hasta hoy” indico la letrada.

“Por tal motivo –continuó Vedio- este personaje, resorte vital de un poder genocida, en nombre de las víctimas y de las organizaciones que represento, PIDO CASTIGO”. Final que fue acompañado por un fuerte y cerrado aplauso.

Luego le tocó el turno al abogado de la CTA, Marcelo Ponce, quien en su alegato puso su pluma sobre “el accionar de este grupo que fue perfectamente pergeñado para destruir el orden institucional y constitucional de la republica argentina dejando de lado los derechos humanos y las garantías cometiendo delitos de lesa humanidad”.

Y en ese contexto, Ponce acusó a Von Wernich y a os militares golpistas de “traidor a la patria por tomar las armas contra ellas e instaurar un gobierno genocida”. Y en marzo de 1976 Von Wernich no estaba pero al año siguiente se suma a este grupo de traidores que “tenían a la sociedad bajo amenaza para quedarse y perdurar en el poder”.

Además destacó que el ex capellán “estaba destinado a la curia de 9 de julio y que no se entendía qué hacía en La Plata, en realidad sí se entiende: es que él estaba ideológicamente compenetrando en el accionar delictivo de la junta militar y de sus camaradas de la policía bonaerense”.

Por último, la querella que representada por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación pidió que se condene al ex capellán de la Policía Bonaerense Christian Von Wernich a la pena de reclusión perpetua por delitos cometidos en la dictadura.

La fiscalia pidió reclusión perpetua

La fiscalía pidió reclusión perpetua por considerar al cura "culpable de la comisión de delitos de altísima criminalidad". El fiscal Carlos Dulau Dumm sostuvo anoche que “está probada” la participación del ex capellán de la Policía bonaerense Christian Von Wernich en reiteradas violaciones a los derechos humanos.

“Está probada su participación como sacerdote y oficial subinspector de policía en todos los casos que aquí se investigan”, afirmó Dulau Dumm al iniciar su alegato ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 1.

Además, el fiscal subrayó la presencia del religioso en los centros clandestinos de detención al señalar: “En todos estos lugares asistía y entrevistaba a las personas que allí se encontraban”.

En su alegato los fiscales Dulau y Felix Crous pusieron en duda uno de los siete homicidios atribuidos a Von Wernich, actitud que mereció la réplica de las querellas que sostuvieron unánimemente la acusación.

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