Suplemento Digital de la revista La Educación en nuestras manos N° 41; octubre de 2007. Reportaje a Pablo Macia, Secretario de Juventud, CTA Provincia de Buenos Aires.
"Los jóvenes venimos creciendo en organización, los jóvenes estamos empezamos a disputar en los barrios, en las escuelas, en los puestos de trabajo y en todos los lugares, por un futuro mejor. No somos esa juventud banal que quieren mostrar en “El Gran Hermano”, somos pibes que tenemos ganas de cambiar las cosas, que nos da bronca lo que pasa y que estamos empezando a transformar esa bronca en organización, porque como decía el Che, “no se puede ser joven sin rebelarse contra la injusticia” y esa rebeldía la estamos articulando y potenciando, sabiendo que la pelea es de largo alcance pero que el sueño que queremos realizar está definitivamente en nuestras manos."

La Educación en nuestras manos: ¿ Cómo ves la situación de los jóvenes en la provincia de Buenos Aires?

Pablo Macía. Los indicadores de pobreza, marginación, desocupación y precarización que continúan persistiendo como consecuencia de años de políticas de exclusión, se multiplican por tres en la población juvenil, siendo este uno de los sectores más vulnerables junto al de los más chicos. Esta situación exacerba las problemáticas comunes que abarcan a toda nuestra población, que van desde la falta de derechos más básicos como el de la alimentación, vestimenta, salud y vivienda, en los barrios más humildes, pasando por el derecho a la educación y el trabajo, el acceso a los bienes culturales, la recreación y el esparcimiento necesarios para una vida digna.

En la provincia de Buenos Aires, según el último censo, tenemos alrededor de 3,5 millones de jóvenes entre 15 y 30 años que se encuentran en su mayoría en las zonas urbanas. De este grupo, un tercio pertenece a pibes de 15 a 19 años, que en muchos casos tienen serios problemas para transitar y terminar la educación secundaria, a causa de las pésimas condiciones socioeconómicas que sufren sus familias, fundamentalmente debido a la falta de trabajos dignos de los padres que permitan costear el material didáctico y los bienes culturales necesarios para aprovechar y potenciar la formación escolar. Son los sectores más vulnerables de nuestra población, radicados predominantemente en los barrios del conurbano pero que también se encuentran en los pueblos más pequeños de nuestra provincia. Hace poco tuvimos la oportunidad de asistir a un encuentro de la juventud de la Federación Agraria, y en el mismo intercambiamos experiencias: lo que queda claro es que las problemáticas son comunes, en el medio rural los jóvenes tienen problemas para estudiar y trabajar y por eso sufren el desarraigo, viéndose obligados a emigrar a la ciudad. Pero, paradójicamente, los problemas en la zona urbana son similares, faltan posibilidades para estudiar y trabajar para un sector muy grande de jóvenes, entonces, el problema es común y la solución debe ser integral para revertir un modelo donde en el campo falta gente y en las ciudades sobra, abaratando la fuerza de trabajo.

Con respecto al trabajo, los jóvenes sufren las peores condiciones de empleo, permaneciendo en la mayoría de los casos en trabajos temporales, no registrados, sin percibir aportes patronales para la seguridad social y con un salario muy por debajo de la media. También predominan modalidades donde la tutela de la patronal sobre los trabajadores es al menos difusa, lo que les permite evadir responsabilidades frente a despidos, accidentes y demás cuestiones. Son los casos de las pasantías, los períodos de prueba (muchas veces utilizados sistemática y compulsivamente), la modalidad de monotributista, becarios, etc.

Además, el vaciamiento de los espacios públicos de participación e integración como pueden ser los clubes, sociedades de fomento, centros culturales o bibliotecas populares, redujo al mínimo las instancias donde los pibes puedan desarrollar lazos de participación y solidaridad, dejando a la escuela como espacio de contención que intenta suplir todas estas carencias. Esta situación contribuye a generar esa cultura individualista donde los jóvenes se guardan los problemas para adentro, en vez de intentar solucionarlos colectivamente con el resto. La carencia de todos estos derechos produce un vacío y una angustia muy grande, dificultando una perspectiva de futuro, que algunos jóvenes intentan ocultar cayendo en adicciones como el alcoholismo y la droga, para no pensar como revertir una situación difícil. Estos flagelos están impulsados desde la cultura dominante que vemos en los medios de comunicación, que alientan el consumismo y el “vivir el momento” mientras la mayoría de los jóvenes no pueden acceder a ninguno de los supuestos placeres que se les proponen.

Sin embargo, a pesar de este contexto, desde hace algunos años, está empezando a cambiar la subjetividad de los jóvenes, junto a la de todo nuestro pueblo. A partir del 19 y 20 del 2001, miles de jóvenes salieron a la calle para decir basta al modelo neoliberal, esto produjo que cada vez mas pibes comprendan que el “safá como puedas” no salva a nadie y nos perjudica a todos. Para la mayoría de los pibes todavía no está claro el cómo, pero saben que algo hay que hacer y cada vez son más los que empiezan a organizarse. Lo vemos en las escuelas, con los reclamos y movilizaciones por la calefacción y por mejorar la infraestructura. Lo vemos también en el sector privado, donde los pibes empiezan a reclamar por mejores condiciones de trabajo como en el caso de los fileteros de Mar del Plata, o para organizar los cuerpos de delegados en el trabajo, como en Wal Mart. Poco a poco, sin prisa pero sin pausa, los jóvenes comienzan a darse cuenta que si nos organizamos podemos ganar. Podemos conseguir que nuestros derechos se empiecen a respetar. Eso es lo más lindo que tiene este momento.

EM: ¿Quienes componen la juventud de la CTA?

P.M.: La juventud de la CTA la componemos jóvenes de entre 15 y 30 años, trabajadores ocupados y desocupados, y estudiantes hijos de trabajadores que el día de mañana van a tener que vivir de su trabajo. Esto es así porque para nosotros, la clase trabajadora va más allá de los compañeros que tienen trabajo registrado y están sindicalizados. La CTA supo construir un nuevo modelo de organización de los trabajadores, que se inició en los ’90 cuando había que defender a los trabajadores en los momentos en que comenzaban a perder los empleos. Es por eso que reivindicamos la identidad de clase entendiendo la heterogeneidad con la que esta se encuentra en la actualidad: trabajadores registrados o no; en relación de dependencia y autónomos; rurales y urbanos; manuales e intelectuales, contratados y estables, trabajadores de la cultura, artesanos, etc. Por eso en la juventud encontramos compañeros de los gremios estatales, de empleos privados, de las universidades, estudiantes secundarios, pero predominantemente, compañeros de los barrios que se organizan para resolver las necesidades más básicas, como en el caso del Movimiento Barrial Bonaerense (MBB), Marcha Grande, Mov. Territorial Independiente Germán Abdala, MAB, Movimiento Territorial de Liberación (MTL), Movimiento de Unidad Clasista (MUC). En definitiva, la mayor parte la componen afiliados directos del conurbano bonaerense, donde la concentración de jóvenes es más grande.
Además, desde la juventud diferenciamos dos grandes grupos: uno es el de los jóvenes adolescentes de 15 a 20 años, y otro de 20 a 30. En la juventud de la CTA lo que hacemos es que los jóvenes adultos le transmitan la experiencia de organización a los más adolescentes, ayudándonos así mutuamente.

En el primer grupo (15 a 20), la problemática general pasa más por la falta de oportunidades para permanecer en la escuela o para encontrarle sentido al estudio. En este sector es donde se encuentra la etapa de la vida donde uno se socializa con los demás, empieza a tener nuevos tipos de relaciones. En esta etapa es donde se hace fundamental generar espacios de integración que permitan entusiasmar y fortalecer a los jóvenes. Los pibes suelen identificarse mucho por la música que escuchan, por algún deporte que practican o siguen, o por otras pautas culturales, por eso es importante la difusión de espacios donde puedan expresarse y conocerse, porque a veces estas identidades suelen ser hostiles entre sí. En esta etapa, también encontramos embarazos adolescentes que se dan por falta de acceso a los métodos anticonceptivos y a una educación sexual, pasando a tener que tomar responsabilidades de la crianza sin que los jóvenes estén del todo preparados.

En la franja etaria que va de los 20 a los 30, la problemática central es la falta de empleo o el trabajo precarizado que viven los jóvenes, lo que trae como consecuencia la dificultad de poder independizarse de los padres, formar familia y construir un futuro. En esta etapa, las conductas se vuelven más estables pero las responsabilidades también comienzan a aumentar y a generar presiones.

EM: .¿Qué espacios para los jóvenes impulsa la CTA?

P.M.: La CTA impulsa espacios para revertir las carencias que tenemos los jóvenes, interviniendo en las necesidades concretas que existen en el territorio. Pero para nosotros el territorio no es sólo la intervención en los barrios, sino que abarca toda una política integral que se plasma en concreto en cada lugar de intervención, ya sea un comedor, una sociedad de fomento, o un hospital, salita, escuela, facultad, fábrica o demás espacios de intervención que son públicos pero que necesitan ser recuperados por nuestro pueblo. Por eso para nosotros es fundamental impulsar la participación de los jóvenes en la organización de experiencias colectivas que permitan construir la fuerza necesaria para hacer valer nuestros derechos. En este sentido, uno de los espacios más importantes que encaramos durante este año es la campaña de organización de los centros de estudiantes, que para nosotros es estratégica. Tenemos que volver a recuperar la experiencia de participación popular que hubo antes de la última dictadura: si había un país más justo era porque los trabajadores y todo el pueblo se organizaban es clubes, sociedades de fomento, sindicatos, centros culturales, centros de estudiantes, movimientos y partidos políticos, etc. Por eso la dictadura lo primero que prohibió fue esa capacidad de organizarse y juntarse. Ahora tenemos que recuperar esa experiencia y los centros de estudiantes son una herramienta fundamental para hacerlo. Por eso este año organizamos un cuadernillo de formación que está circulando por las escuelas donde reflexionamos sobre el rol de los delegados, las asambleas de aula, los cuerpos de delegados y el centro de estudiantes. Decimos que esto es estratégico porque si los pibes de 14 años empiezan a participar en la escuela, van a tener más experiencia para poder defender sus derechos en el barrio, en el trabajo y en los demás lugares donde intervengan el día de mañana. Por eso los pibes están empezando a intervenir cada vez con más fuerza en estos espacios, con un agregado más: la participación también es fundamental para desarrollar las capacidades que le permitan a los jóvenes conseguir mejores puestos de trabajo el día de mañana. Efectivamente, lo que más se valora en la actualidad para los trabajos mejores pagos es la capacidad de comunicarse y de trabajar en equipo, por eso para los pibes de los sectores populares se les cercena la posibilidad de organizarse y así, sean mano de obra barata y agachen la cabeza, mientras que a los jóvenes de los sectores más acomodados se los educa para que trabajen en equipo, para que sean extrovertidos, comunicativos y expresivos. Esta es una clara reivindicación de clase que queremos para todos nuestros pibes: la de tener los mismos derechos y oportunidades que esos jóvenes.

EM: ¿Cuáles son las propuestas en las que están trabajando?

P.M.: En el encuentro provincial que tuvimos en junio de este año elaboramos propuestas para trabajar en adelante, reafirmando los derechos juveniles: educación, trabajo, salud, cultura e integración, etc.
En materia de trabajo, lo que estamos planteando es un Programa de Primer Empleo y Formación que genere la posibilidad de todos los jóvenes de conseguir su primer puesto de trabajo, de forma digna. La propuesta plantea que las modalidades de empleo precarias como son las pasantías, las becas, los empleos no registrados, contratos y demás formas de explotación encubiertas se transformen en empleos dignos, con aportes patronales a la obra social, la jubilación y demás derechos sociales. Pero además, sabemos que mejorando la calidad de los puestos de trabajo existentes, de todas formas no vamos a alcanzar a cubrir la necesidad de empleo de todos los jóvenes, por eso estamos planteando un seguro de empleo y formación para jóvenes que capacite a la fuerza de trabajo juvenil para los nuevos puestos de trabajo y que le permita terminar o continuar con los estudios. La idea es crear una bolsa de trabajo que sea un registro para que las empresas que accedan a esta forma de contratación puedan tomar a los jóvenes según sus capacidades y los que no entren en la contratación puedan acceder al seguro de empleo.
Otra propuesta que estamos planteando está orientada a la promoción de los derechos laborales, cuyo objetivo sea fortalecer a los jóvenes trabajadores difundiendo herramientas para conocer y hacer valer los derechos laborales, además de brindar técnicas en la búsqueda de empleos y orientación vocacional para aquellos que aún no tengan empleo. Esto se vincula a la campaña de democratización del mundo laboral juvenil realizada el año pasado por la juventud de la CTA.

Además planteamos la difusión y organización de las experiencias de cooperativas de trabajo autogestionadas en los jóvenes, como forma de impulsar prácticas colectivas y democráticas en el ámbito de la producción sin depender de la relación patronal.
En materia de Educación, la campaña de Centros de Estudiantes es la principal herramienta que tenemos, estamos realizando encuentros distritales de estudiantes delegados y ya se crearon algunos centros de estudiantes, pero creemos que lo mejor está por venir. Nosotros estamos transmitiendo distintas experiencias y fortalecemos a los estudiantes ayudándolos a organizarse y a generar iniciativas: talleres de apoyo escolar, muestras y talleres culturales, jornadas de Derechos Humanos, prevención de enfermedades, etc.
A nivel cultural estamos desarrollando bibliotecas populares, murgas, murales, muestras fotográficas y otras instancias de integración.

EM:.¿En qué ejes confluyen las iniciativas que están realizando?.

P.M.: Pero además, todas estas iniciativas las venimos compartiendo con otras organizaciones juveniles de reconocimiento nacional: H.I.J.O.S., Juventud de Federación Agraria y la Federación Universitaria Argentina, que de la mano de la Juventud de la CTA creamos la Mesa Paritaria Social Juvenil, donde convocamos a todas las organizaciones juveniles sociales, culturales, estudiantiles, confesionales, políticas, etc. y a todos los jóvenes, a definir políticas públicas para defender los derechos de la juventud.

Las propuestas que salieron hasta el momento son:

* Plan Arraigo (Programa integral para evitar el desarraigo de la población juvenil del medio rural y para el desarrollo de los pequeños y medianos productores del sector)
* Programa de Primer Empleo (Propuesta de la juventud de la CTA)
* Programa de recuperación deportiva y cultural
* Asistencia Primaria de Salud (A.P.S.)
* Primera Vivienda joven
* Boleto Obrero-Estudiantil
* Ley Nacional de organización estudiantil (Centros de Estudiantes Secundarios)
* Ley de Educación Superior
* Ley de ADN obligatorio. Análisis de ADN cuando se trate de un hijo de alguna víctima de desaparición forzada.
* Ley de prohibición de presentarse como candidatos para los que hayan participado en violaciones a los Derechos Humanos
* Ley de No aplicabilidad de la prisión domiciliaria a los casos en que se cometan delitos de lesa humanidad o contra los derechos humanos

En este marco nos movilizamos el 28 de Septiembre al Congreso Nacional con este pliego de reivindicaciones que salió del consenso de estas organizaciones para que los representantes legislativos aprueben leyes concretas que consagren el derecho de la juventud a tener un presente digno y a proyectar un futuro más justo y democrático. Esta Mesa Paritaria Social Juvenil es un avance importantísimo para demostrar que los jóvenes venimos creciendo en organización, que los jóvenes estamos empezamos a disputar en los barrios, en las escuelas, en los puestos de trabajo y en todos los lugares, por un futuro mejor. No somos esa juventud banal que quieren mostrar en “El Gran Hermano”, somos pibes que tenemos ganas de cambiar las cosas, que nos da bronca lo que pasa y que estamos empezando a transformar esa bronca en organización, porque como decía el Che, “no se puede ser joven sin rebelarse contra la injusticia” y esa rebeldía la estamos articulando y potenciando, sabiendo que la pelea es de largo alcance pero que el sueño que queremos realizar está definitivamente en nuestras manos.

Fecha de Publicación: 08 de Octubre de 2007

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