Diferenciamos claramente a este sector del campo de aquellos que requieren mayor intervención del estado para concertar políticas que puedan resolver las problemáticas específicas de los pequeños y medianos productores (enrolados en entidades como Federación Agraria Argentina- FAA, Movimiento Campesino de Santiago del Estero- MoCaSE, cooperativas de productores, y otras) y los trabajadores rurales, que sufren las peores condiciones salariales y de trabajo (en su gran mayoría no registrado), profundizando políticas diferenciales para estos sectores.
El mecanismo de las retenciones reduce los precios de la canasta alimentaria de los trabajadores y debe ser complementado con mayores medidas (como por ejemplo Junta de Granos, Junta de Carnes, etc.), para que sus efectos en materia redistributiva no queden limitados e impidan frenar la suba de los alimentos.
El conflicto con “el campo” tal como aparece en los medios, es la punta de lanza que está abroquelando a los sectores económicos que no quieren ceder nada de sus ganancias y que lanzan con violencia inusitada a las expresiones de la derecha política (Macri, Carrió, Duhalde, Pando y los grandes medios de comunicación) a confrontar, de manera oportunista y desestabilizadora, en una guerra santa para volver a las políticas de los ’90.
Por todo esto, la propuesta de la Paritaria Social supone una amplia convocatoria a los sectores populares para discutir y definir políticas de distribución de la riqueza y un nuevo modelo productivo para la ciudad y el campo que le ponga freno a la concentración económica y a la depredación de los recursos naturales.