A 10 años de su fallecimiento, desde la juventud CTA homenajeamos al Artista plástico Ricardo Carpani por su compromiso militante con la causa de los trabajadores y el pueblo argentino. Fue un artista plastico sin par, comprometido con las causas populares desde la decada del ’60. Baluarte en la lucha desde la CGT de los argentinos, desde donde sus obras llegaron a los trabajadores, siendo sus laminas, que entregaba gratuitamente difundidas en todo el pais y el exterior. No hay revista sindical o cultural que no imprima una obra suya en sus paginas.

Ricardo Carpani nace en la provincia de Buenos Aires, en la localidad de Tigre, el 11 de febrero de 1930. Desciende, como tantos otros argentinos, de inmigrantes de la comunidad piamontesa y francesa que arriban al país en la segunda mitad del siglo XIX. Su infancia transcurrió en Capilla del Señor, provincia de Buenos Aires. Para 1936 su familia se trasladó a Buenos Aires, donde terminó sus estudios secundarios en el colegio Rivadavia. Comenzó los estudios de abogacía que, a poco de andar, abandona para partir a París. Con 20 años, en la Ciudad de las Luces, se gana la vida como modelo en la Academia de Artes de la Grande Chaumiere. En París comienza a dibujar y pintar y conoce, entre otros a Kenneth Kemble, Leopoldo Presas y Damián Bayon. En 1952 regresa a Buenos Aires y comienza sus estudios en el taller del maestro Emilio Pettorutti. Según Rafael Squirru, así pasará -un año de formación que lo marcó para el resto de su existencia. En 1957 expone por primera vez en la Asociación Estímulo de Bellas Artes. Realiza murales en la galería Huemul, el de Mosona con YPF y diversas muestras. Junto con otros artistas fundan el movimiento Espartaco. Su inquietud por lo social y su compromiso con las clases populares, se reflejan en una obra donde predominan el tema de los desocupados, de los trabajadores, de los humildes además de un arte que defiende lo nacional. En esta etapa se hallan obras como Huelga, de 1958; un mural de 1961 para el Sindicato Obreros de la Alimentación que se llama Trabajo. Solidaridad. Lucha; Conciencia, de 1974. Sus figuras son fuertes y sólidas y parecen -recortadas en piedras. En sus composiciones predominan la figura de hombres decididos, firmes. Un tema que desarrollará en esta línea será la ilustración del Martín Fierro, el poema épico por excelencia de la Argentina, un alegato por la causa del gaucho. En la década del 70 se radica en Madrid, donde lleva a cabo una intensa actividad plástica y recorre Europa, Estados Unidos y Cuba, México y Ecuador. Su artista más admirado, Miguel Angel, se refleja en su vocación por la forma del cuerpo humano. Un cuerpo con contextura fuerte, musculoso, centro de la imagen. Sus manos trabajadas y sus rostros dialogarán en expresión depotencia. La serie Amantes mostrará la conjunción de la pareja humana en abrazos sólidos, sensuales y envolventes. Con la reinstauración de la democracia en Argentina, Carpani vuelve a su país en 1984. Desarrolla una serie de retratos como los de Julio Cortázar, Rafael Alberto y Roberto Arlt. Comienza una serie de composiciones de la selva porteña donde se unen el arrabal, el tango y los cafés con el abundante paisaje tropical, con su vegetación y fieras salvajes. También desarrolla una serie de obras con el tema del Tango, algunas de las cuales serán parte de paneles del Show Tango Pasión, que recorrerá Europa. Expone, pinta y enseña en Argentina y viaja por el mundo. Muere en Buenos Aires en |1997. Es uno de los grandes artistas plásticos de Argentina de toda su historia.

Hay murales suyos en varios sindicatos, en estudios de abogados laboralistas, en universidades, teatros, librerias y finalmente en las exposiciones que culminaron con su participacion en la Feria del Libro y en el Palais de Glace. No fue un artista de elite, fue el preferido de las clases sociales oprimidas, a quienes reflejo en todas las instancias de su obra.

Durante su forzoso exilio se refugio en el tango y el amor, coma nadie 1o ha hecho, un estilo verdaderamente unico.

Nunca cobro por sus trabajos, aunque ahora sus obras alcanzarian otros valores, impulsados por los mercaderes del arte. Nos queda el recuerdo de su vida sencilla y humilde y su casa de la calle Venezuela y Piedras, que debería pasar a ser patrimonio popular.

La difusión de sus obras y de su compromiso es parte fundamental en el desarrollo de la cultura popular que tenemos que ir recuperando y construyendo para nuestra identidad de clase trabajadora argentina.

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