Oscar Hermelo trabajó en la ESMA durante la dictadura militar en la dirección de talleres automotores bajo las órdenes del represor Adolfo Scilingo.
Colaboró en el grupo de tareas 3.3.2., en el que revistaban los represores Jorge "Tigre" Acosta y Alfredo Astiz preparando la documentación falsa para blanquear los autos que la dictadura le robaba a los detenidos desaparecidos.
Scilingo lo condecoró durante la dictadura por su colaboración con la Marina y denunció en democracia que era un hombre de confianza de la patota y que estaba al tanto de todo lo que pasaba en la ESMA.
Su primo Ricardo Hermelo formaba parte del circulo de confianza del jefe de la armada, el Almirante genocida Armando Lambruschini. Según distintas fuentes, este pariente fue la carta de recomendación del actual fiscval para trabajar en la ESMA.
Hoy es el único fiscal de Ejecución Penal de la Capital Federal: interviene en la ejecución de las penas de miles de personas privadas de su libertad.
Dictaminará, representando los intereses del Estado, sobre la ejecución de las penas de los represores que sean condenados en las megacausas ESMA y Primer Cuerpo del Ejército, entre otras.
Destitución, investigación y castigo a Oscar Hermelo y a todos los funcionarios judiciales participes y cómplices de la dictadura.
Cárcel Común, perpetua y efectiva a todos los genocidas, cómplices, ideólogos y beneficiarios.
Restitución de la identidad de los 500 jóvenes apropiados.