Los millones de jóvenes argentinos pertenecientes al pueblo trabajador y que reivindicamos a los compañeros que soñaron un mundo mejor y perdieron la vida por él, no podemos menos que manifestar el asco y la indignación que sentimos frente a las declaraciones públicas del genocida y apropiador de bebés Reynaldo Benito Bignone, quien en una carta “a la juventud” convocó a “terminar lo que nosotros no pudimos terminar”.

Dichas declaraciones no son menores en este clima de terror que intenta volver a instaurar la derecha jurásica de nuestro país, demostrando que estamos en esa etapa trágica donde a pesar de los avances en materia de juicio y castigo a los genocidas, lo viejo todavía no termina de callar.

“Terminar” lo que los militares genocidas no pudieron hacer, no significa otra cosa que el intento desesperado por volver a instaurar las practicas represivas que involucraban los secuestros, desapariciones, robos, torturas, vejaciones y muerte a los militantes y organizadores populares que lucharon por un país más justo en que todos podamos vivir con dignidad. Significa volver a atacar a esa juventud y a esa clase trabajadora que organizaba las fábricas con sus cuerpos de delegados y asambleas; que organizaba los barrios en las sociedades de fomento, los clubes y los centros culturales; las escuelas y universidades con sus centros de estudiantes.

Los jóvenes sabemos y denunciamos que Bignone está convocando a las bandas de viejos genocidas y represores de la última dictadura militar que continúa operando en su accionar delictivo con total impunidad bajo el amparo de los sectores más recalcitrantes de la Policía Bonaerense, los jueces corruptos, sectores de la iglesia cómplice y la dirigencia política que hoy exige “mano dura” o “tolerancia cero”.

Por eso, ni las reiteradas amenazas a nuestros referentes históricos por la lucha de los derechos humanos y a los testigos de las causas contra los genocidas, ni la desaparición de nuestro compañero Jorge Julio López, podrán amedrentar al movimiento por la memoria, la verdad y la justicia que en nuestro país viene luchando desde las heroicas rondas de nuestras madres de plaza de mayo en plena noche militar.

A 30 años esas luchas históricas comienzan a dar frutos desde la anulación de las leyes de impunidad y los juicios a Etchecolatz y al “Turco” Julián. Los genocidas se sienten perseguidos y tienen miedo de caer presos por los crímenes cometidos. Por eso intentan volver a generar un clima de miedo en la sociedad, aplicando las viejas tácticas de desaparición y amenazas.

Por otro lado, quienes hasta hace poco se creían omnipotentes, hoy se hacen las víctimas y organizan verdaderos movimientos fascistoides como el de la asociación “Argentinos para la Memoria Completa” que reivindica a los militares de la última dictadura y convocan a actos “conmemorando a los caídos por el terrorismo subversivo”. En su página de internet, donde se difundió la carta de Bignone, se presentan como un grupo de jóvenes “ciudadanos” que “se conocieron por internet” y coincidieron en agradecer a “ quienes combatieron a la subversión y al terrorismo en Argentina”. En realidad son los mismos nazis, skinheads y fascistas que defendían a Ectchecolatz a fines de los 90 y que responden entre otros a sectores de la policía bonaerense.

Repudiamos activamente esta doble estrategia de la derecha de nuestro país que por un lado quiere establecer un clima de terror y caos y por el otro se intenta instalar como víctima de una supuesta venganza por parte de quienes buscamos justicia y castigo a los culpables del genocidio en nuestro país.

Por todo esto llamamos a movilizarnos activamente para exigir la aparición con vida del compañero desaparecido declarante al juicio a Etchecolatz, Jorge Julio López, y la continuación de los juicios a todos los responsables civiles y militares del terrorismo de Estado.

No retrocederemos ni un milímetro en nuestra decisión inclaudicable de luchar hasta que el último genocida sea juzgado y condenado.

Porque no pudieron ni podrán “terminar” con lo que se propusieron, hoy estamos presentes.

Porque somos HIJOS de nuestra historia y de los 30.000 compañeros desaparecidos.

No olvidamos, No nos reconciliamos.

Juicio y castigo a todos los genocidas.

Aparición con vida de Jorge Julio López

Juventud CTA

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