El 30 de octubre pasado IBM Argentina aplicó nuevamente la prepotencia patronal al despedir a Mariana Gois Bento, quien trabajaba hacía un año en el Call Center de Martínez. Las razones que arguyó su jefe fueron “vos acá agitás mucho y tu perfil no combina con el de la empresa”.

Lejos de corregir lo denunciado por el INADI (Instituto Nacional contra la DIscriminación, la Xenofobia, y el Racismo) que en el caso de Guillermo Acedo dictaminó que IBM Argentina lo discriminó por su actividad sindical, ahora vuelve a reafirmar su política antisindical: el 19 de octubre pasado Mariana participó y se solidarizó con los que ejercían el derecho de comunicarse con los trabajadores y se acercó a quienes estaban en la puerta del edificio de Hipólito Yrigoyen en Martínez para recibir un volante informativo. Diez días más tarde, su coordinador le comunicó que ya no querían que trabajara en la empresa porque “agitaba mucho”.

Mariana llegó de San Pablo, Brasil hace poco más de un año. Ingresó a IBM a trabajar en el Call Center de Martínez para dar soporte en portugués a clientes de Brasil de un laboratorio medicinal. Luego se agregó la atención a clientes en español y los repentinos cambios de horario. Todo sin su correspondiente remuneración. Más tarde llegaron hechos de prepotencia y maltrato: “había muchas cosas que no me gustaban, como cuando decía que tenía que ir a la farmacia a comprar una pastilla para el cólico menstrual y me contestaban que no podía ser, que eso con los hombres no pasaba. O que cuando reclamaba en nombre mío y de mis compañeros los jefes me dijeran “ahí va la Che Guevara” de manera peyorativa”, grafica Mariana.

Con sus 26 años y un marcado compromiso por su militancia, se había afiliado al CePEtel-Rama Informática, y por eso quiso estar presente en la actividad que se llevó a cabo en la puerta del Call-Center. Era su horario de almuerzo y había intentado llamar al celular de uno de los organizadores a través del teléfono de la empresa. Pero no pudo hacerlo: el número que marcó estaba bloqueado.

Cosas como esa son las que abundan en IBM. Los movimientos vigilados, observados y registrados. Números bloqueados y computadoras espiadas. Hasta en una oportunidad su jefe -quien se desempeñaba en el mismo puesto que ella hasta hace 5 meses cuando fue atendido- le indicó que no entrara a la página www.ibmdiscrimina.com.ar porque podía ser despedida. “Pero yo pienso ¿cómo voy a ser despedida por mirar una página de internet? Eso es una falta de respeto y una pérdida de derechos humanos como lo es la intimidad”.

Parece una cárcel

Finalmente el 30 de octubre la llamó su coordinador. “Me llamó la atención que me llamara a solas, porque siempre que hablaba conmigo lo hacía delante de todos. Me citó en su oficina y me dijo que yo agitaba mucho, que no cumplía con los objetivos de la empresa y que veían mal que yo me quejara tanto y que por eso me despedían sin causa-relata Mariana- y que para hacerme un favor, no se iba a mencionar esto para no manchar su trayectoria en la empresa ni ensuciar futuras referencias”. Ese favor es una forma de encubrir un despido sin causa. “Unas semanas antes había recibido un correo que felicitaba mi desempeño en la atención”, agrega.

Simplemente era uno de los tantos despidos sin causa que ya es costumbre para IBM. La diferencia con otras veces es que no se la llamó a Mariana a negociar una salida, ni se le ofreció un plan de retiro: se le envió directamente el telegrama de despido que era despachado a la misma hora que el coordinador le informaba el cesa de la relación laboral.

Cuando le anunciaron esto no se escucharon otras razones que disfracen la cerrada aversión de la empresa por quienes buscan la organización de los trabajadores. Su jefe no quiso que saque nada de la computadora que usaba para trabajar ni la dejó hablar con sus compañeros: “me siguió todo ese momento, no me dejó saludar a mis compañeros, me apuraba para que saliera y hasta me acompañó a la puerta de calle. Me hizo sentir que me había robado algo. Mis compañeros me contaron que al otro día él los reunió y les dijo "si trabajan bien y calladitos todo va a estar bien, pero si se quejan les va a pasar lo mismo que a Mariana”.

El control de las comunicaciones telefónicas y los accesos a internet, el maltrato, la xenofobia y la imposibilidad de llevar adelante demandas grupales son moneda común en los ámbitos de trabajo de IBM. Demasiado, a cambio de un mal salario. Hoy Mariana sigue indignada con esta empresa e inició conjuntamente con el CePETel una demanda por este despido discriminatorio. Y Mariana concluye: “me sorprende que nunca me hayan dado un apercibimiento o un llamado de atención. Sólo me despidieron por reclamar mejoras laborales y no me respetaron de ninguna manera. Se piensan que con esto van a crearle miedo a los trabajadores para que no se organicen”.

ps:

IBM DISCRIMINA

Reincorporacion de Mariana Gois Bento

Libertad y Democracia Sindical

Comentar este artículo