No es casual que seamos los jóvenes los que suframos condiciones laborales deplorables que hasta llevan a la muerte como en este caso. Tampoco es casual que la mayoría de los heridos por la explosión pertenezcan a empresas terciarizadas: esto es la consecuencia lógica del desmantelamiento de los derechos laborales que en los ´90 se impuso de la mano de eufemismos como “flexibilización” y “modernización” que sólo trajeron la desocupación, la precarización y la caída de las condiciones de trabajo y salariales de nuestra clase.
Afirmamos claramente que los aumentos en la productividad tienen que originarse en función de innovaciones tecnológicas que mejoren las condiciones laborales de los trabajadores y por ningún motivo esto puede hacerse a costa de ellos. Por ello, desde la juventud de la CTA nos sumamos a la pelea por la participación efectiva de los trabajadores en la prevención de accidentes de trabajo, la formación de los comités mixtos de seguridad y prevención, la figura del delegado de prevención con inmunidad gremial y una nueva ley de accidentes de trabajo. Pero además vamos a seguir exigiendo la intervención activa del estado para eliminar las modalidades de contratación precarizadoras que afectan en especial a la juventud trabajadora, tributando con la muerte la desidia empresarial.