Los compañeros de la CTA nos reunimos el miércoles por la tarde para rendirle nuestro homenaje al más querido compañero que el año pasado se nos fue de repente. Un video y los testimonios de quienes compartieron con él la militancia da cuenta del cariño que todos le teniamos

(Por los compañeros de la CTA) La tarde iniciaba su camino de regreso sobre la ciudad de La Plata. De a poco, la CTA bonaerense comenzaba a poblarse de familiares, compañeros, militantes y entrañables amigos de la vida.

La convocatoria surgía del corazón y nos reunimos con un objetivo común: Recordar al amigazo “Osvaldo Luli” Ríos. Nos mirábamos, nos abrazábamos. Expresiones calidas e intensas. Compartíamos el mismo dolor en el estomago.

Sabíamos que estábamos ahí para recordar con alegría, cariño y fuerza de militante a nuestro amigazo, que hace exactamente un año se marchó y nos dejó el mas hermoso de los legados: “El culto por la amistad y la solidaridad”.

Estábamos todos: Roxana, su pareja, amiga y compañera de siempre; sus hijas Verónica, Nadia y Gabriela (ausente con permiso por una angina). También estaban sus viejos amigos de militancia de la juventud más temprana y muchos compañeros de la CTA; los cumpas de Baradero. Hombres y mujeres que hacían fuerza para que el homenaje al “Negro” fuera alegre. Sin duda como el quería que lo recordásemos.

Y también estaba Pablo, inseparable amigo de rutas bonaerenses. Los dos estaban hermanados por sus opuestos. El Luli, negro, peludo, ojos oscuros, agua de estanque, casi imperturbable. Masciangelo, canoso, pelado, ojos claros, calentón, un torbellino en potencia. Pero eran tal para cual: Una dupla perfecta. Este compañero hoy, casi huérfano, recibió de Roxana la chamarra matera del Negro. La fuerza que hizo para no llorar. Casi explota.

Primero vimos un video clip sobre la vida del Negro que, si bien fue realizado por los hermanos Piedras y guión de Gisela Busaniche, contó con la participación del equipo de prensa de la CTA y muchas manos amigas.

Un film sencillo y embellecido con anécdotas personales, familiares y de amigos. Pero por sobre todas las cosas imágenes tiernas, calidas y humanas; claro, como era el Negro y que a más de uno nos hizo aflojar una lagrima.

Luego cada uno de nosotros contó alguna experiencia que pintaba de cuerpo entero a nuestro amigo Osvaldo. La primera en hablar fue Roxana Merlos, que como pudo, contó que el Negro tenía la capacidad de juntarnos a todos, era una persona que siempre estaba para resolver problemas y para darnos confianza. “aun hoy recuerdo cuando me dio la caja con el archivo de derechos humanos de la CTA que decía en el lomo ‘Osvaldo Ríos’”.

Luego fue el turno de Roberto “Roby” Baradel, quien señaló que “el Negro es un canto al compromiso, a la militancia y que estamos para recordarlo desde la alegría, desde el sentimiento mas profundo, sé que es difícil. El dolor es una posta difícil de digerir”.

Luego Fabián Piedras, en nombre de Los Piedras y de todo el equipo de prensa de la CTA, describió a Osvaldo como “un Ángel perfecto, nacional y popular que en vez de darte una pócima medieval te cebaba unos amargos y te daba alguna palabra de aliento. Era el compañero ideal. Te hacia sentir que tu trabajo era importante”.

Y María Reigada que señaló que “jamás le conocí otra cara que no fuera esa sonrisa tierna. Y Horacio Batallan que dijo que “el Negro hizo propio esa celebre frase que dice que ‘hay que endurecerse sin perder la ternura’ y así fue Osvaldo vivía como hablaba”. Y también Guillermo Acedo que con su carisma logró transformar al Negro Ríos en el mecenas de la CTA-Lomas de Zamora, el único en la provincia de Buenos Aires que contaba con servicio de bar.

Y Juan Vitta, que junto a los compañeros de Florencio Varela fundaron una ONG llamada C.I.R.U.J.A. que muelen y recuperan plástico y contó que el corazón de ese emprendimiento es un molino trifásico que bautizaron con el nombre de “Osvaldo Ríos”.

Y no faltó la apreciación de Hugo “Cachorro” Godoy, nuestro hombre de acero que lleva las riendas de la CTA bonaerense, de él dijo que “lo recuerdo como un baluarte de nuestra CTA bonaerense. Él la hacia funcionar cuando apenas era una pequeño sucucho al fondo perdido en la vieja CTA de independencia. Y muchas cosas de la CTA fueron impulsadas por él”.

Y éste Cachorro curtido y castigado por la violenta militancia de los años 70 no dudo en sincerase: “A mi también se me hace un nudo en el estomago, a mi también me cuesta hablar, pero quiero que lo recordemos con alegría, sin lagrimas”.

Al finalizar Gustavo Zurbano, nuestro músico y poeta en ésta aldea, leyó esos versos que le regaló al Negro en su despedida. “No es un poema –dijo Zurbano- es la continuidad de mis diálogos con el Negro, que ustedes (mis amigos) catalogaron de poema”. Luego se entregaron cuadros con la foto del Negro y el poema de este musico y poeta querido.

Y ahora es mi turno, yo no hable, porque los que venimos de la gráfica no hablamos, pero somos los que la escribimos, corremos con ésta ventaja, “el Negro fue todo eso que dijeron nuestros compañeros y mas aún. El Luli tenía ‘filosofía’ el hacia de su vida una ‘filosofía’, pero no cualquiera: Él cultivaba ‘la filosofía de la comprensión’. Por sobre todas las cosas el comprendía todo”.

“Mas de una vez, cuando sobre sus espalda bancaba la CTA bonaerense, me toco ser testigo en ese sucucho de Independencia de compañeros sumamente recalientes por alguna cuestión. Pero ahí estaba el “Negro”. Él los atajaba con sabia parsimonia, les cebaba unos mates con yerba Canaria y al final el tipo se iba con una sonrisa diciéndole ‘Negro que haríamos sin vos’. Así era Osvaldo: Un verdadero sanador”.

Y se nos fue un 27 de febrero del 2007, no tuvo tiempo ni para pelearla, no tuvimos tiempo para darle un beso. Se fue porque extrañaba a Omar, a Cajade, a Germán y a tantos otros. Y el miércoles por la tarde le rendimos nuestro mas caluroso homenaje

(Nota del redactor, en este caso Duilio Ferro. Ojala nunca hubiese tenido que escribir esta nota)

Comentar este artículo