Muchas trabajadoras sexuales habían sido asesinadas y/o maltratadas. El pueblo apoyaba el reclamo, y rápidamente se sumaron otras ciudades. Por primera vez las mujeres trabajadoras sexuales rompieron el muro del silencio gritando su dignidad y sus derechos.
Quedó en la memoria popular, como signo del valor, la dignidad y la fuerza de las trabajadoras sexuales.
AMMAR LA PLATA recuerda a todas las compañeras que decidieron morir de pie
antes que vivir arrodilladas.