Los chicos del pueblo llegaron el viernes a Plaza de Mayo gritando “Fuerza carajo, el pueblo no se rinde carajo” y con la clara misión de denunciar el crimen del hambre que se produce a diario en nuestra geografía. Los trabajadores marcharon junto a los pibes porque “No podemos estar en otro lado, estamos gritando que queremos un país para todos” señaló Hugo Godoy, secretario General CTA provincial.

El viernes 18 de mayo a las 10hs. el Parque Rivadavia, en Capital Federal, se colmó de títeres, murgas, pancartas coloridas, caras pintadas y música, a la espera de los “héroes” que recorrieron este país para lograr otro más justo. A la columna de los 400 chicos y educadores que partieron de Puerto Iguazú 15 días atrás, se sumaron miles de pibes y trabajadores de toda la provincia de Buenos Aires. Ese fue el primer punto de encuentro para continuar hacia la mítica Plaza de Mayo, “la Plaza de la Revolución inconclusa” como dirían después por los altoparlantes “para convertirla en la plaza de la victoria de los pibes”.

“Son los hijos de la rebelión del 2001, el futuro para que sea nuestro tiene que ser de ellos. Esta marcha, con tanta ternura, tanta conciencia, tanto ejercicio de la solidaridad y de la democracia cotidianamente, es una cachetada para todos los gobernantes que no se animan a darles la cara, porque no tienen cómo explicarles lo inexplicable. No asumen que el hambre es un crimen, porque sino tienen que asumir que hay culpables” señaló Hugo Godoy al término del acto del que fueron protagonistas los pibes. Además habló el Coordinador Nacional del Movimiento de los Chicos del Pueblo, Alberto Morlachetti, quien recordó a Carlos Cajade; el actor Gastón Pauls; y junto a los chicos que llenaban el escenario participaron también las Madres.

“Las Madres de Plaza de Mayo recién nos deseaban suerte, que sigamos peleando. Pero nosotros seguimos peleando porque ellas nos marcaron el camino y ahora los pibes nos dicen que no podemos dejar de hacerlo. Es como una cadena del ejercicio de una responsabilidad, de que vamos a lograr vencer con la ternura. Para que haya una sociedad digna tiene que haber una nación y un pueblo que se ponga de pie. Los hijos de la rebelión del 2001 son los que nos están mostrando el camino y van a ser los protagonistas de la victoria. Los trabajadores no podemos estar en otro lado, estamos gritando que queremos un país para todos, estamos donde tenemos que estar” finalizó el dirigente de la Central.

Por su parte, Roberto Baradel, secretario adjunto de la CTA bonaerense consideró que la movilización “significa un sacudón y una interpelación muy fuerte a la sociedad y a los gobiernos para que realmente se de una respuesta clara, concreta y contundente a lo que es el flagelo del hambre en nuestro país, y que la única posibilidad de terminar con el hambre es generar más trabajo, para eso hay que generar las condiciones y llevar adelante políticas urgentes”.

El acto terminó hacia las 17hs.con la Plaza de Mayo colmada. Estuvieron presentes integrantes del secretariado provincial y nacional de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), personalidades como la Hermana Marta Pelloni, el Hogar de la Madre Tres Veces Admirable, organizaciones como la Corriente Calsista y Combativa (CCC), el Movimiento Territorial de Liberación (MTL), chicos de escuelas públicas y privadas con sus docentes, la Asociación Nacional de Trabajadores Autogestionados (ANTA), el Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de la provincia de Buenos Aires (SUTEBA); de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE); la Asociación Judicial Bonaerense (AJB), la Asociación del Personal Legislativo (APL); el Foro por los Derechos de la Niñez, la Adolescencia y la Juventud, que sumaron a la marcha la exigencia de una asignación universal para todas las personas de 18 años y la plena aplicación de la nueva ley de niñez en la provincia de Buenos Aires, y demás organizaciones sociales, políticas y de trabajadores que al término del acto “no querían irse de la Plaza” dijo luego Víctor De Gennaro, que acompañó la movilización en los 15 días de recorrido.

El referente nacional de la CTA además agregó “Los pibes nos interpelan, el tiempo que pasa en que tardamos en construir la unidad del campo popular se mide en pibes muertos, y eso es imperdonable. Para que esta Plaza de la revolución inconclusa se convierta en la Plaza de la victoria de lo pibes hay que animarse no solo a soñar sino a luchar por esos sueños”.

“El Pueblo está para más”

“Patri me dijo que el gobierno tiene un montón de plata guardada y que dice que como no sabe qué hacer le van a pagar a Francia para quedar bien con ellos. ¿Cómo no van a saber qué hacer con la plata? ¡que nos la den a nosotros! ¡Que me pongan el techo de mi casa!” - dice Cristina mientras marcha, una madraza del barrio San Carlos en La Plata y fiel seguidora de Carlitos Cajade, sobre lo que le contó su hija adolescente (Patricia) sobre la realidad económica nacional. Mujer de barrio humilde, de vida ausente de comodidades, sin haber tenido la oportunidad de terminar la escuela. Pero no necesita ningún título para saber qué hacer con la plata que nos pertenece a todos. No al Club de París. El pueblo sabe qué hacer con lo que es suyo “por eso no se lo consulta” explica Víctor De Gennaro al término de la movilización promovida por el Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo que vino desde Puerto Iguazú sembrando esperanza en una realidad desigual para la mayoría social de nuestra Argentina.

Algunos de los chicos partieron del Parque Rivadavia con sus rostros pintados de colores, y todos los que se encolumnaron detrás del Trencito que cargaba a los pibes del Movimiento, iniciaron la caminata conscientes de que lo hacían para intentar conmover, una vez más, a los que tienen el poder de decidir si mañana vivirán los 100 chicos por día que hoy mueren según las estadísticas.

Y lograron que sí se conmoviera más pueblo, porque mientras más pueblo se conmueva menos impunidad tienen ellos, los que no distribuyen sino que se comen la torta. “Me conmovió ver a los chicos pelear por sus derechos. A medida que íbamos recorriendo las Provincias vimos a muchos chicos plantear que el gobierno dice que ellos son los privilegiados pero ellos en ningún momento lo ven si pasan hambre y sus padres están desocupados. Los chicos que tan chicos no son, porque se ponen a la altura de las circunstancias, demuestran que con cariño, como dicen las canciones, se puede cambiar esta realidad” dijo Vicente, de la Juventud de la CTA La Plata - Ensenada, que hizo todo el recorrido desde Iguazú.

“Esta es la causa más importante por la que tenemos que luchar todos los argentinos” expresó el secretario General de la CTA a nivel nacional, Hugo Yasky “Por eso es tan importante la Plaza de Mayo colmada, y también todos los actos que en las provincias hicieran que miles y miles de argentinos se conmovieran con este mandato de que hay que acabar con el crimen del hambre”.

En esa línea, la hermana Martha Pelloni, luchadora incansable por los derechos humanos, quien explicó que no podía faltar en la marcha “porque es un compromiso de honor que tengo con los chicos del pueblo y además porque tengo el corazón en la CTA”, manifestó su alegría porque “he visto un empuje hacia una conciencia grande acerca de que el hambre es un crimen. Yo creo que la democracia se construye desde la realidad con las bases organizadas, y esta es una organización realmente fuerte. Me emocionó Morlachetti, extraño mucho a Carlitos Cajade, pero tenemos un grande que es Víctor De Gennaro y que bueno, esperamos mucho de él”.

Los chicos a las treinta cuadras ya estaban cansados. Las madres también, sin embargo, las que llevaban a más de tres hijos, iban con alguno entre sus brazos. Blanca la llevaba a Iara, de 5 años. Y cuando ya iba pasando las 15 cuadras se le preguntó: ¿cómo haces para no cansarte?; y ella, con una sonrisa de costado, sosteniendo a su hija con un brazo, en la mano una botella de naranja, y de la otra mano iba tomado otro de sus hijos, respondió: - Porque hay que seguir, me canso, pero sigo, y más sigo y más siento el peso, pero los sigo llevando, ¿qué voy a hacer? No los voy a dejar tirados. Entonces sigo.

“El pueblo está para más” dijo Víctor De Gennaro cuando una suelta de globos y fuegos artificiales le dieron la bienvenida a los marchantes en la Plaza de Mayo, mítico espacio de disputas políticas, culturales e ideológicas por modelos de país antagónicos. Claro que está para más.

En ese marco De Gennaro contó una anécdota, se lo dijo una nena al comenzar la marcha en Iguazú “Ojalá que sea la última”. Entonces, el secretario de Relaciones Institucionales de la CTA señaló “Está claro que hay que denunciar lo que pasa, que es una obscenidad que alguien guarde 40 mil millones de dólares en el Banco Central mientras existe esta realidad en el país, y que sea en nombre de todos nosotros sin consultarnos, porque si quiere que consulte al pueblo porque a los únicos que consulta es a los grupos financieros”. A eso se refería Cristina que le contó Patri.

Y sin embargo hay esperanzas. Hay esperanzas porque hay avances. Desde que comenzaron las marchas de los pibes del pueblo se ganaron cosas, se ganaron herramientas como son las nuevas leyes sobre promoción y protección de derechos de la niñez y juventud, pero por sobre todas las cosas, y esa legislación no hubiera sido posible, sino hubiéramos ganado en conciencia. Y eso lo hicimos entre todos. Entre todas las organizaciones que luchamos a diario por un presente digno y un futuro con igualdad.

A eso se refería al término del acto Jésica,de la Casa de los Niños Engranajes, de Villa Constitución, Santa Fe: “Lo que hacemos es importante para que vean que peleamos por nuestro presente, a los que creen que somos futuros delincuentes hoy les demostramos que somos El Futuro y sabemos lo que queremos”. Así lo expresó ante la multitud Alberto Morlachetti, uno de los fundadores del Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo hace 20 años atrás: “Los niños no marchan porque están felices, marchan por la felicidad. Son como los pájaros que no cantan porque amaneció, cantan para que amanezca”.

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