Pascual Pichún Collonao es un comunicador mapuche de 27 años que estaba refugiado en Argentina, luego de haber sido injustamente detenido y procesado junto a su padre, un hermano y otros miembros de su comunidad, durante una manifestación en defensa de sus territorios y en el marco de la ley antiterrorista vigente en ese país desde el gobierno de Augusto Pinochet.
Durante los últimos cinco años Pascual se instaló en la ciudad de La Plata y empezó a estudiar en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de esta ciudad, desarrollando una intensa actividad periodística y militante en relación a la causa de los pueblos originarios. Entre otras actividades se desempeñó como docente, corresponsal de publicaciones mapuches en Argentina y Chile y colaborador de la secretaría de Derechos Humanos y proyectos de extensión de la Facultad. También fue creador y conductor del espacio de pueblos originarios "La Flecha" en la emisora comunitaria platense Radio Estación Sur, e integró el equipo de comunicadores que redactó los aportes de los pueblos originarios a la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
En febrero pasado, cruzó la cordillera para visitar a su familia y fue otra vez detenido por la policía chilena. Actualmente está preso en el penal de Traiguen, y sus abogados piden la media prescripción de la causa, situación que debe definirse la próxima semana y ha intensificado las campañas y actividades por su liberación en ambos países.
la presencia de la CTA
“Pascual es uno de los cientos de hermanos de los Pueblos Originarios que están presos de manera injusta”, sentenció Carlos Barreto, de la secretaría de Pueblos Originarios de la CTA platense, “y estamos en contra de esta actitud de los gobiernos de dar cárcel a los que luchan”. A su lado, Víctor Torres, vicepresidente del Centro Cultural Boliviano y representante de la Central Obrera Boliviana (COB) en La Plata, reafirmaba: “repudiamos el encarcelamiento del hermano Pascual y decimos que no podemos seguir viviendo así, porque debemos estar libres todos los que luchamos”.
Por la secretaría también estuvo, entre otros, Miriam Liempe, que también es integrante del pueblo mapuche: “Estamos trabajando en el área de pueblos originarios de la CTA, y yo como mapuche me he adherido al movimiento de trabajadores, porque creemos que juntos necesitamos defender todas nuestras causas”, expresó. “La realidad Argentina, si bien no es como la que se vive en Chile con la Ley Antiterrorista, también reprime a los hermanos mapuches en el sur cuando les reclamamos nuestras tierras a aquellos que hoy las han usurpado”.
Liempe recordó que en estos días es el año Nuevo Mapuche "y estamos pidiendo mucha fuerza para seguir en esta lucha, que debe ser acompañada por organizaciones sociales y de trabajadores". Finalmente, y en relación a la situación de su pueblo en ambos países, explicó que "para nosotros la cordillera no es una división política, sino más bien un punto de encuentro. Son los Estados modernos quienes han proclamado la cordillera como límite, para nosotros es unión, y la relación es de lucha y hermandad. Estamos permanentemente comunicados, en la medida que los medios masivos nos dejan, ya que nos han planteado una guerra luego de nuestro apoyo a la Ley de Medios. Si bien nos quieren mostrar divididos, nosotros seguimos unidos”.
"vamos a seguir organizados"
Mientras desde la radio se transmitían diversas voces de apoyo, como la del Premio Nóbel de la paz Adolfo Pérez Esquivel (quien además le envió una carta pública reclamando por Pascual y todos los presos mapuches al presidente chileno Sebastián Piñeira), entre las whipalas y otros símbolos característicos de los pueblos originarios podía divisarse un emblema común de todos los sectores populares: los pañuelos blancos.
“Estoy acá porque creo que tenemos que defender a los mapuches, a los wichis y a todos los pueblos originarios”, dijo Elia Espen, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, “porque ellos quieren vivir como sus ancestros les han enseñado y nadie tiene derecho a quitarles la tierra ni sus propias costumbres. Con esta Ley Antiterrorista, firmada en Chile pero también vigente en la Argentina, parece que nadie tiene derecho a peticionar y reclamar, y no debe ser así. Cada uno debe tener el derecho a expresarse, si es que estamos en democracia.
Espen también subrayó las similitudes entre la actual lucha de los pueblos originarios y la llevada adelante por los 30 mil desaparecidos, en tanto “nuestros hijos lucharon por una injusticia social, que aun hoy subsiste en el país, donde cada vez vemos más adultos y chiquitos en la calle con hambre”.
Cuando el corte y la radio abierta llevaban cerca de una hora y media, la diplomacia chilena anunció que el cónsul recibiría a una delegación de los manifestantes. La entrevista se prolongó por espacio de media hora y la encargada de transmitir los resultados fue Zulema Enriquez, responsable junto a Pascual del espacio de pueblos originarios en la emisora comunitaria Radio Estación Sur.
“Le presentamos todos los documentos y cartas al presidente Piñeira, firmadas por la Universidad Nacional de La Plata, por la decana de la Facultad de Periodismo y por Adolfo Pérez Esquivel, entre otros, junto a distintos documentos de solidaridad redactados por distintas organizaciones del país y el mundo, que nos viene acompañando en el marco de una campaña internacional”, relató la periodista, y “el cónsul se comprometió a llevarle toda la información al presidente”.
Enriquez también consideró fundamental lograr “que la difícil situación que se está viviendo en Chile sea denunciada por la sociedad argentina. La idea es seguir desarrollando esta campaña, vamos a seguir organizándonos y realizando actividades para sensibilizar a la sociedad Argentina, ya que hay 70 presos mapuches y 170 procesados”.
