(por Hugo Godoy) Un ámbito donde los trabajadores debemos llevar nuestros planteos, unificar reclamos decisivos para la vida de nuestro pueblo, y lograr que sean la prioridad en la agenda pública del país.

En un reciente informe de la CEPAL y UNICEF, se estimó que 80 millones de chicos y chicas pobres viven en la región de países latinoamericanos, y que en la Argentina el 28,7% de los chicos viven en la pobreza.

Informes de nuestra Central han comprobado que hay 3 millones de chicos que viven en situaciones de en nuestro país.

A esta información se le agrega otra publicada hace pocos días, sobre el crecimiento de la mortalidad infantil en Capital Federal, lugar donde en términos promedios están los mayores niveles de vida de la Argentina. Sin embargo crece la mortalidad infantil.

En otro informe reciente, basado en los hospitales públicos de la provincia de Buenos Aires, hay extrema preocupación porque ha crecido en nuestra provincia la tos convulsa, enfermedad que había sido erradicada y sin embargo en los últimos 3 años han pasado de 1.607 a 3.085 casos registrados en 2008, y viene en crecimiento el corriente año. Esta en una enfermedad que tiene su explicación fundamentalmente en la pobreza, y las condiciones de hacinamiento que viven nuestros pibes.

Si a esto le agregamos que hoy hay 3 millones 800 mil jubilados que cobran el haber mínimo de 890 pesos, muy por debajo del ingreso mínimo para subsistir, tenemos una situación donde sin dudas estamos lejos de resolver en nuestro país el problema más acuciante de la pobreza y la indigencia, flagelos que afectan fundamentalmente a los dos extremos etarios del grupo social que son los niños y los adultos mayores, quienes necesitan de mayores respuestas y más urgentes medidas ante esta situación por parte del Estado y de las políticas públicas.

Y que por lo tanto, también tienen que ver con las preocupaciones que los trabajadores cotidianamente desarrollamos por mejorar las condiciones salariales, combatir la precarización laboral, lograr sistemas previsionales que cubran a todos, obras sociales, y otros.

Frente a este cuadro, donde se manifiesta cada día con mayor crudeza y claridad que las medidas planteadas hasta aquí han sido todavía insuficientes para resolver estos flagelos, se hace imprescindible para los trabajadores profundizar y unir nuestra lucha sobre las diversas necesidades que tenemos como pueblo, y que son las principales prioridades a atender en la realidad de nuestro país: mejorar el salario de todos los trabajadores, terminar con la precarización laboral y el trabajo en negro, avanzar hacia un salario mínimo que garantice condiciones de vida dignas de y sea la referencia, como se ha logrado con una ley aprobada las últimas semanas, para discutir los sueldos de todos los trabajadores.

Y unir estos reclamos con la necesidad de lograr el 82% ya para los jubilados, lograr que se universalice y eleve la Asignación por hijo a no menos de 300 pesos, y avanzar hacia un seguro de empleo y formación para los cerca de 3 millones de trabajadores desocupados y sub ocupados de nuestro país.

Son temas que deben estar unidos, y en ese sentido la urgente necesidad de que el gobierno convoque al Consejo del Salario Mínimo y el Empleo es un requisito fundamental, porque es el ámbito donde los trabajadores debemos llevar nuestros planteos, y unificar estas cuestiones decisivas para las condiciones de vida de nuestro pueblo.

El objetivo es lograr que estos temas sean prioridad en la agenda pública de nuestro país, y tanto el gobierno como los diversos sectores sociales y políticos los asuman como tales. Por eso desde la CTA estamos promoviendo un estado de movilización para lograr que se convoque de inmediato al Consejo del Salario, y plantear en ese ámbito estos temas, exigiendo que ni el gobierno ni los distintos sectores se hagan los distraídos con esta situación.

Hoy la canasta básica es de 4.800 pesos, por lo tanto esa tiene que ser la referencia para establecer tanto el salario mínimo como el 82% móvil, el aumento y la universalidad plena de la asignación por hijo no menor a 300 pesos, y el seguro de empleo y formación que todavía es un tema pendiente. Porque insistimos: son tres millones, entre desocupados y subocupados, los que todavía siguen sufriendo este drama de que se les imponga la imposibilidad de tener un empleo.

Recursos existen. No sólo porque se ha reactivado la actividad económica, porque en vez de poner los recursos de la Anses en subsidios a las grandes empresas deberían ponerse en las jubilaciones, y porque se tendrían utilizar recursos del Estado hoy volcados a pagar la deuda para cubrir estas prioridades de los sectores más desprotegidos; sino también porque sigue pendiente en nuestro país una profunda reforma impositiva para que los sectores que más se han enriquecido en los últimos años paguen mayores impuestos, y se establezcan definitivamente impuestos a la renta minera, financiera, agropecuaria, grandes herencias y patrimonio, y los beneficios de los que gozan los grandes capitales concentrados de la economía.

Estas son deudas enormes que es necesario resolver de manera inmediata, y hoy en Argentina existen condiciones para eso. Por eso los trabajadores y el conjunto de los sectores sociales debemos unificar nuestras demandas en torno de estas prioridades, y redoblamos nuestra convocatoria urgente al Consejo del Salario.

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