(Por Prensa AJB) Unas 300 personas se congregaron hoy en tribunales para rechazar el cierre o traslado del jardín del Poder Judicial, espacio que alberga a 96 chicos y 30 docentes-judiciales. Estuvieron presentes colegas de otros maternales y la Asamblea Vecinal que defiende los edificios históricos de La Plata, entre otros.

A la hora 14 en punto, unos 300 trabajadores judiciales, padres y madres junto a sus hijos, abuelos, representes del gremio, autoridades del Jardín Maternal y docentes, entre otros, se congregaron a la entrada del inmueble ubicado en la calle 45 nro. 924 de La Plata, para partir luego hacia las escalinatas del palacio tribunalicio de calle 13.

Como se recordará, el conflicto comenzó a gestarse tras una reunión celebrada el 15 de julio ente el gremio judicial y la presidente de la Suprema Corte, Hilda Kogan, quién manifestó allí su intención de construir un edificio de cinco pisos para instalar la Cámara de Apelaciones, precisamente en el inmueble donde funciona el Jardín Maternal del Poder Judicial de La Plata hace 32 años.

“No al cierre del Jardín Maternal”, era una de las consignas que se escuchaban, apenas comenzaba la tarde, desde unos potentes parlantes en que las palabras, como no podía ser de otra manera, estaban matizadas musicalmente por los clásicos de María Elena Walsh.

Una vez en las escalinatas del palacio, el secretario general de la AJB La Plata, Juan Carlos González dijo que estaban allí “reclamando ante la patronal para que no nos quiten esta conquista, que le arrancamos a la dictadura”.

En otro momento, González aseguró que la iniciativa de la Corte “tiene olor a las privatizaciones de la reforma judicial de los ´90”, y prosiguió: “hace un tiempo comenzaron con la Imprenta, ahora siguen con el Jardín Maternal, y después veremos qué quieren hacer quizás con mantenimiento, sanidad o algún juzgado que esté atrasado u otra repartición. Pero cuando venga la topadora vamos a estar todos delante de la puerta del Jardín Maternal para que no toquen nada, aprendimos la lección”, finalizó.

Entre los presentes había docentes de los jardines maternales del Banco Provincia, IOMA y del Ministerio de Obras Públicas, además de un grupo de representantes de la Asamblea de Vecinos que en la capital provincial se ocupan por la preservación del patrimonio histórico de la ciudad, con José María Di Gregorio a la cabeza.

Otros dirigentes judiciales que estuvieron en el acto fueron Hugo Blasco y Daniel Pérez Guillén, secretario general y secretario adjunto de la AJB respectivamente, Julio Bertomeu, por la FJA, Nélida Santa María, Guillermo Roletto, Alejandro Castelnau, Silvia Zonco, María Eugenia Flamini, Oreste Poggi, María Laura Bustos, Omar Gorini y Ricardo Rojas, entre otros.

El Jardín Maternal del Poder Judicial fue creado hace 32 años y pasaron por allí más de 2000 chicos, es decir que se formaron unas tres generaciones. Si bien el inmueble no está registrado como patrimonio histórico de la ciudad, “queremos manifestar nuestras discrepancias porque se trata de una casa construida en 1924, tiene una arquitectura muy sólida y contribuye al patrimonio arquitectónica de La Plata”, se dijo en el acto.

A pura emoción

Nora Pineda, docente del Jardín Maternal, manifestó que “es nuestro deseo que esto llegue a un final feliz lo antes posible, estamos muy tristes, nunca pensamos vernos en una situación como esta. Seguimos atendiendo a los chicos como siempre, desde el afecto y la responsabilidad profesional, ¿pero cómo hacemos para explicarle a un bebé nuestra cara de preocupación y nuestras lágrimas”.

En otro momento, Pineda señaló que “las respuestas de ayer (por la reunión con la Dra. Kogan) nos dejaron muchas incertidumbres con respecto al traslado, no sabemos dónde va a funcionar, en qué condiciones, cuándo y los tiempos apuran. Ojalá que esta presencia llegue al corazón de quienes tienen en sus manos la posibilidad de transformar nuestra preocupación en tranquilidad”.

Seguidamente, la vicedirectora del Jardín Maternal, Lucrecia Paulero, leyó una carta que emocionó profundamente a muchos de los presentes: “Señoras, señores: nosotros limpiamos la cola a sus hijos, a sus nietos, les cambiamos los pañales o les limpiamos las lágrimas; los serenamos cuando lloran y les hacemos olvidar esos momentos de angustia. Nos alegramos cuando están contentos, los orientamos en los juegos y jugamos con ellos. Nos entristecemos con sus enfermedades y nos alegramos cuando se curan. Ellos son nuestros desvelos, ese es sencillamente nuestro trabajo y estamos orgullosas”.

Tras explicar que “fuimos y somos un jardín modelo en la provincia de Buenos Aires”, Paulero continuó leyendo: “si un hombre o una mujer no es amado cuando es niño le costará hacerlo cuando sea grande. Cuando vemos los crímenes que cometen a diario asesinos locos, adolescentes que matan sin motivo a otras personas, podemos afirmar aunque no conozcamos la vida en particular de ellos, que no fueron felices en su infancia y ahora debemos defendernos de ellos”.

Por último, la directiva dijo que “lo que nosotros hacemos es apenas una gota en un océano de contrariedades y dificultades, pero repitiendo lo que decía una viejita en Calcuta, queremos que esa gota siga allí”.

El titular de la AJB, Hugo Blasco, evaluó que “estamos peleando por el derecho de los trabajadores judiciales de La Plata a seguir disponiendo del jardín, orgullo de esta ciudad. Y estos derechos los hemos hecho realidad con la pelea y la lucha”.

Tras asegurar que “este es un derecho que no pensamos resignar”, el dirigente reafirmó que “también es innegociable la continuidad laboral de las compañeras y compañeros que se desempeñan en el Jardín Maternal”.

“Ayer tuvimos una reunión con la Dra. Kogan -prosiguió-, había más de 20 compañeras frente a frente a la presidenta, y pudieron manifestarle sus angustias, sus incertidumbre y demostrarle personalmente el afecto y el amor que sienten por su trabajo permanente con los chicos”.

Blasco concluyó afirmando que “el Jardín Maternal de La Plata en ningún momento debe dejar de funcionar, ni transitoriamente ni por un rato, debe seguir en forma permanente y eso es algo absolutamente innegociable e irrenunciable”.

Antes de que la columna de manifestantes entregasen dos escritos para la presidenta de la Corte, Julio Marchetto, esposo de una judicial y abogado, leyó una carta elaborada por padres y al finalizarla dirigió su enérgica voz hacia las ventanas del edificio tribunalicio, queriendo llegar a los oídos de la Dr. Kogan.

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