Durante la charla, Barragán destacó que “por suerte tenemos un pueblo que tiene memoria, que tiene conciencia y que lucha, y que es capaz de poner con su lucha en crisis aún los proyectos económicos, políticos, sociales y militares más fuertes de todo el mundo”, en referencia a la resistencia frente al proyecto neoliberal que sumía en la pobreza y la marginalidad a la gran mayoría de la población.
Luego señaló los cambios de paradigma respecto a la distribución de la riqueza, comenzando con el período ’45-’55 “que tenía al capital con el 49 % y a los trabajadores con el 51 %”. Indicó también que fue necesario la instauración de dictaduras militares y complicidad de gobiernos democráticos para quebrar ese paradigma.
“El consenso neoliberal se rompe en el 2001, cuando las clases dominantes y los grupos económicos ya no pueden imponer sus condiciones al resto de la sociedad”, remarcó Barragán. En ese sentido, destacó al Frenapo como “señal de que se quebraba ese consenso y buscábamos un nuevo paradigma”.
A partir de entonces, según Barragán, “hubo políticas sociales que sirvieron para aliviar en ese momento. El Plan Jefas y Jefes de Hogar fue una versión descolorida de aquel Seguro de
Empleo y Formación que nosotros planteábamos con el Frenapo. No tuvo la capacidad de ser universal, incluir a todos”.
Destacó como positivo el crecimiento que se registró en el período 2003-2007, aunque observó que “no alcanzó para que el bienestar alcance a todos. A pesar de bajar el desempleo al 8 %, aún queda trabajo no registrado que se debe solucionar”.
“La torta económica creció lo suficiente como para que a partir de ahora el crecimiento que venga sea disputado por los grupos económicos para poder apropiarlos”, señaló Barragán. Agregó que esa disputa tendrá que ver con que “en los próximos 3 años podamos producir reformas estructurales o sigamos con políticas focalizadas que nos lleven a seguir tapando los baches del proceso económico”.