Antes de concretarse y de formalizarse la presentación de su ultimo material gráfico, “Sujetos Políticos”, realizado en el Aula Magna de la Facultad de Derecho de la Universidad Local, la intelectual radicada en cuba desde hace más tres décadas, aceptó la invitación de la CTA-Bonaerense para debatir “mano a mano” el proceso de crecimiento y acumulación de fuerzas de las distintas organizaciones sociales en argentina y América Latina.
En ese contexto, y rodeada de mas de una treintena de dirigentes sociales y gremiales, la filosofa señalo que “nuestras sociedades vienen de un quiebre muy grande, y es la transición o salto de la vieja civilización industrial a la nueva sociedad de la revolución tecnológica”.
En ese proceso de cambio, que se dio en los últimos años “provoco que las sociedades cambien sus formas de producción y de reproducción social”, señaló Rauber. Al tiempo que aseveró que “las sociedades se organizan a partir de su capacidad para reproducirse, el marxismo clásico señala que tenemos que entender el modo de producción para comprender el modo de reproducción social. El drástico cambio de las formas de producción no es un detalle sino una cuestión importante a la hora de iniciar un análisis de la sociedad actual”.
Asimismo, indicó que “nosotros estamos profundamente marcados por la era industrial, por eso nos cuesta entender la nueva sociedad del conocimiento tecnológico, hay que sacudir y desembarazarnos de estilo de pensamiento” Y agregó que “la antigua forma de pensar no tiene nada que ver con la sociedad de hoy y mucho menos con la organización del sistema productivo empresarial”.
Por tal motivo la doctora en filosofía explicó que “también nuestra sociedad fueron constituida alrededor de organizaciones sociales sólidas y muy fuertes como son los sindicatos de los años 70 que eran muy poderosos, hoy tampoco contamos con eso porque el nivel de desocupación es muy alto y el sistema de organización tuvo que ser repensado”.
Por tal motivo indico que “es imposible organizar el mundo como lo estaba en los años 70 y no contamos con esos paradigmas únicos y universales que muchos soñaron con copiarlos -como recetas mágicas- en cualquier país. El caso cubano no pudo ser copiado en ningún lado, como no lo va a ser imitado el modelo bolivariano, ni se va a trasladar la experiencia de Brasil o boliviana”.
Por último reveló que “debemos seguir el camino y las experiencias de cada sociedad que es la que nos va a debelar los nuevos paradigmas y contrastes muy interesantes, esa pista nos permitirá la construcción de una sociedad autónoma e independiente”.
