“A nuestra querida ‘presi’ de tus viejas compañeras (ojo: no compañeras viejas). Con todo nuestro cariño te felicitamos por lo que lograste luego de tantos años de perseverancia junto a los que te acompañaron hasta lograr tu objetivo. Te queremos mucho, las madres y todos los organismos hermanos que hoy nos reunimos para agasajarte”, decía la tarjeta que venía con el ramo de flores que recibió en la sede de Madres de Plaza de Mayo, Marta Vázquez, fundadora de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos-Desaparecidos (Fedefam).
Vázquez volvió de Ginebra con su objetivo cumplido: la aprobación de la Convención Internacional contra la Desaparición Forzada ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. “Estoy contenta y emocionada. Después de 25 años de lucha, no hubo necesidad de votación para la Convención.
Fue aprobada por unanimidad, mientras la gente aplaudía de pie y hasta bajaron para saludar y felicitarnos”, contó Vázquez, que estuvo reunida en la ciudad suiza con representantes de otros continentes, a quienes su lucha sirvió de ejemplo e impulso. Esta Convención llena un inmenso vacío: la falta de un tratado internacional para investigar, denunciar y combatir la desaparición forzosa de personas a escala global.
