El represor, comisario general de la Policía Bonaerense durante la última dictadura militar, deberá purgar su condena en una cárcel común, la que actualmente habita, en la localidad de Marcos Paz. En la lectura de los fundamentos, el Tribunal incorporó la figura de "genocidio" a la represión estatal implementada durante los años de plomo. La CTA bonaerense que formó parte de la querella, junto a otras organizaciones sociales y de derechos humanos, revindicó el fallo como una nueva conquista de las luchas populares

Condenado a la pena de reclusión perpetua

El Tribunal Federal Oral 1 de La Plata condenó al represor Miguel Etchecolatz a la pena de reclusión perpetua, tras encontrarlo culpable de crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura.

El fallo consideró por primera vez que en la Argentina se cometió un "genocidio" durante la dictadura militar que gobernó el país a sangre y fuego entre 1976 y 1983. De esta manera, Etchecolatz se convirtió en el segundo represor condenado en un juicio oral y público por violaciones de los derechos humanos -el primero fue el "Turco" Julián- tras la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.

Asimismo, se destaca también el hecho de que el ex comisario general de la Policía Bonaerense de la dictadura militar deberá mantenerse en la prisión de Marcos Paz, una cárcel común donde purgará toda su condena.

El Tribunal incluyó la figura del genocidio en la parte resolutiva de una sentencia. Es decir, que es el primer reconocimiento jurídico concreto de que en Argentina se perpetró un genocidio durante la última dictadura cívico-militar. Esto sienta un precedente que seguramente afectará la instrucción de todas las causas abiertas -y por abrir- sobre los delitos cometidos durante el terrorismo de Estado.

A partir de ahora, existe un antecedente que podría permitir que otros cientos de represores de toda jerarquía sean indagados, procesados y condenados por este delito. Es el primer paso para superar los procesos judiciales contra imputados aislados y por hechos fragmentarios, y para avanzar en juicios unificados, que reconozcan el carácter coordinado y sistemático de la represión ilegal.

Una larga lista de delitos

Los jueces del Tribunal encontraron culpable a represor y asesino de del delito de "homicidio calificado" de Diana Teruggi, cometido el 24 de noviembre de 1976. También le adjudicaron la privación ilegal de la libertad, torturas y homicidio de Patricia Dell’Orto, Ambrosio De Marco, Nora Formiga, Elena Arce y Margarita Delgado; y la privación ilegal de la libertad y torturas de Nilda Emma Eloy y Jorge Julio López.

El condenado, participo también de las operaciones represivas de la llamada “Noche de los Lápices” y fue responsable del secuestro y tortura del compañero Alfredo Bravo, fundador y ex Secretario General de la Confederación de los Trabajadores de la Educación de la Republica Argentina (CTERA).

Al respecto, Hugo “Cachorro” Godoy, secretario Adjunto de la CTA bonaerense indicó que “este fallo histórico representa un triunfo de la justicia y la verdad por la que hace tantos años viene luchando el pueblo argentino”.

Y agregó que “se abre una luz de esperanza para que muchos tantos asesinos como él, que planificaron y llevaron adelante el terrorismo, enfrenten la justicia y terminen preso, que es el lugar donde deberían estar”.

Por su parte, Rosana Merlo, secretaria de Derechos Humanos del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de la provincia de Buenos Aires (SUTEBA-CTA), aseveró que “recibimos el fallo del tribunal como una conquista popular y como una ofrenda para todos aquellos compañeros y luchadores sociales que fueron perseguidos y asesinados en la dictadura”.

A la vez que indicó que “muchos de ellos eran docentes y estudiantes que lucharon por la escuela pública, como el caso de Isauro Arancibia, en Tucumán, Marina Vilte, en Jujuy, Susana Pertierra, provincia de Buenos Aires y muchos más. 30 mil compañeros que dieron su vida por un país justo, libre y soberano”.

Por último, Carlos Martínez, miembro de la conducción de la CTA-provincia y dirigente de la Asociación Judicial Bonaerense señalo que “es un buen momento para recordar la lucha de los trabajadores por la defensa de los derechos humanos, la distribución de la riqueza, condiciones dignas de trabajo y la recuperación de los trabajadores que hoy están desocupados”.

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