Las transformaciones que venimos gestando en América Latina se consolidan cada vez más. El MERCOSUR, gestado y planificado en los ‘90 como una herramienta para el intercambio comercial y de negocios entre empresarios, dio un giro fundamental a partir de la ascensión de gobiernos y movimientos populares que buscamos una integración de los pueblos latinoamericanos en la perspectiva de una mayor autonomía, democracia e igualdad para los trabajadores y el campo popular.

En este marco, comienzan a abrirse canales de participación de la sociedad civil para el proceso de discusión de una nueva agenda social y productiva que reemplace a las políticas neoliberales de mercantilización, como lo fueron los intentos de establecer el ALCA (sepultado definitivamente en Octubre del 2005 gracias a la persistente lucha de nuestros pueblos) o como los de firmar tratados de libre comercio bilaterales entre Estados Unidos y los países de la zona. En el último año se realizaron varios hechos políticos fundamentales para el proceso de integración de los pueblos, desde la juventud de la CTA generamos nuestro aporte en ello. Caben destacar:

El masivo y contundente repudio al genocida George W. Bush en octubre de 2005, en el que la CTA fue protagonista con el Paro Banderazo y Movilización, y donde participamos, en el marco de la 3° Cumbre de los pueblos, en un encuentro con las juventudes sindicales de la CUT de Brasil, el PIT-CNT uruguayo y la CUTA Paraguaya.

• La iniciativa del gobierno uruguayo en la Presidencia Pro tempore del MERCOSUR de Tabaré Vazquez, que estableció el programa SOMOS MERCOSUR, abriendo la participación a las organizaciones sociales (convocando entre otros, al encuentro con la Coordinadora de Centrales Sindicales de Cono Sur-CSCS). En este marco, en diciembre de 2005, los jóvenes de la CCSCS reafirmamos la Propuesta de Empleo Juvenil lanzada en julio.

• Por último, el encuentro en Córdoba, que fue auspiciado bajo el lema “Por un MERCOSUR Social y Productivo” implicó un paso fundamental al incorporar como miembro pleno al Gobierno Bolivariano de Venezuela que preside Hugo Chávez, la incorporación de Bolivia como Estado asociado y el anuncio de acuerdos entre el conjunto del Bloque del MERCOSUR con Cuba.

Estos avances hacia la participación comienzan a horadar el viejo andamiaje de instituciones que crearon los gobiernos neoliberales cuando formaron el MERCOSUR en 1991 en el tratado de Asunción, por eso es fundamental que continuemos protagonizando la discusión en estos espacios para resignificarlos y orientarlos hacia la unidad política, económica social y cultural por la que venimos bregando.

A partir de la iniciativa SOMOS MERCOSUR se estableció el “Programa de regional de participación de la sociedad civil” que es un espacio para intercambiar experiencias y generar iniciativas en la agenda de los países miembros. Si bien de momento es un espacio consultivo, hay posibilidades de incidencia de acuerdo a las iniciativas y el protagonismo que podamos imprimirle al debate. En este marco se organizan espacios temáticos de debate con los movimientos sociales, siendo los más dinámicos el sindical, el de género y el de las federaciones agrarias, que tienen reuniones especializadas dentro del MERCOSUR.

Desde la juventud de la CTA participamos en la reunión mantenida entre los representantes gubernamentales del área de juventud de los países miembros con distintas organizaciones juveniles. Entre los primeros cabe destacar la participación, por primera vez, del Presidente del Instituto de Juventud de Venezuela, Enrique Ramos, quién puso hincapié en el protagonismo que tuvieron los jóvenes bolivarianos para erradicar el analfabetismo en Venezuela en base al programa cubano “Yo sí puedo” y en la importancia de continuar con el proceso educativo creando Universidades en cada uno de los barrios para que puedan asistir los jóvenes al nivel terciario. Planteó a la vez el desarrollo de políticas sociales activas en el nivel de capacitación para el empleo y el desarrollo de la cultura y el deporte. Todas estas políticas están contempladas en una Ley Nacional de Juventud, que es un antecedente para crear una ley en nuestro país. También participaron los directores Nacionales de Juventud de Uruguay, Paola Pino, del Frente Amplio, de Brasil Beto Cury del PT y Mariana Grass de la DINAJU argentina. Por el lado de las organizaciones de la sociedad civil fue muy claro el protagonismo de los compañeros de la Juventud de la CTA y la CCSCS, los compañeros de la Federación Agraria Argentina.

El debate se dio en dos jornadas donde manifestamos claramente la necesidad de que estos espacios no queden simplemente en el intercambio de ideas sino que se viabilicen en acciones concretas que nos permitan avanzar en políticas públicas desde los jóvenes para resolver las necesidades concretas de nuestra franja etaria. Esto implica fundamentalmente abordar la problemática del empleo ya que somos los más perjudicados por el desempleo, la precarización laboral y la superexplotación, la falta de cobertura social y condiciones de trabajo dignas. Pero en segundo lugar también planteamos que en las condiciones de desempleo estructural que vivimos, las medidas tendientes a redistribuir la riqueza ya no pasan sólo por propuestas de recomposición salarial para los que tienen empleo sino también por políticas de asignaciones sociales universales que impacten sobre la población desocupada en su conjunto y fundamentalmente para que los jóvenes y niños tengan garantizada la educación y la salud. Un tercer aspecto que abordamos fuertemente es el del debate sobre la educación, rompiendo definitivamente con los modelos que intentan mercantilizarla y tomarla como un servicio, para pasar a entenderla como derecho social y una herramienta que permita generar sujetos críticos, que puedan transformar las condiciones de desigualdad que vivimos los sectores populares, propendiendo a la integración y liberación de los pueblos. En este punto se dio un debate interesante ya que en nuestro país se está discutiendo la Ley Nacional de Educación y lo mismos está ocurriendo en Uruguay. A la vez, los compañeros de Brasil plantearon que la educación tiene que ser un elemento central para conocer la cultura de los pueblos latinoamericanos y avanzar en el proceso de integración y para que todos los jóvenes tengan acceso a las nuevas tecnologías informáticas.

Desde la juventud de la CTA dejamos en claro que las propuestas que discutimos no pueden quedar en la mera elaboración de un documento sino que tienen que traducirse en un compromiso tanto de los representantes gubernamentales en impulsarlas como de las organizaciones sociales para llevarlas a los distintos ámbitos donde cada una de ellas interviene. Esta posición fue la que nos valió el respeto de los compañeros de los países hermanos y también de los jóvenes locales, ya que no todas las organizaciones han sido consecuentes entre las palabras y los hechos, tal como lo venimos demostrando en cada uno de estos espacios en los que participamos y en nuestra militancia cotidiana. Este reconocimiento a los compañeros de la juventud de la CTA que participamos en la reunión, generó que sea nuestro compañero coordinador nacional, Pablo Reyner, el que sintetice en la reunión plenaria la posición de la comisión juvenil.

Como fruto del encuentro y las negociaciones conseguimos que se de rango de reunión especializada al capitulo de juventud, teniendo un espacio de debate regional consolidado para continuar instalando nuestras propuestas. Para ello es fundamental la iniciativa que logremos generar en cada uno de los países hacia el conjunto de los trabajadores y los movimientos sociales, ganando cada vez más espacios institucionales para abrirlos a la participación popular.

Los medios de comunicación quisieron dar más trascendencia a supuestos enfrentamientos, celos, cartas y reproches entre mandatarios que a la clara voluntad política que tienen los países del MERCOSUR en avanzar hacia una integración que beneficie al conjunto. Pero estas burdas estratagemas no lograron opacar lo que es un paso fundamental hacia una América Latina más justa, democrática e igualitaria.

Pablo Macía

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