Una imprescindible, militante todo terreno, soldada de la alegría, la que transmitía siempre esa misma energía con la que trabajaba, una dirigente que nunca abandono el llano, el barro y la mano tendida de igual a igual. Una historia que reivindica su herencia familiar y que la hizo ser partícipe de cada una de las grandes gestas y movilizaciones populares.
La recordaremos por su inmensa solidaridad y compromiso, y estará presente en cada una de nuestras luchas, con su sonrisa como bandera.
¡Hasta siempre compañera!