El juez federal de La Plata, Ernesto Kreplak, realizó la primera condena en la historia nacional por torturas al colectivo travesti trans. La pena recayó sobre el represor Miguel Osvaldo Etchecolatz.

Es la primera vez que el ataque sistemático contra el colectivo travesti y trans es tenido en cuenta dentro del accionar del terrorismo de Estado. Esto significa reconocer que para la última dictadura cívico militar en la Argentina ser una persona LGBTTTIQ era considerado "antinatural", que la persecución no era sólo por pensar distinto si no por ser diferente a lo que se pretendía como sociedad, y que todo lo que fuese visto por fuera de esa norma debía ser avasallado.

Fueron muchas las personas trans, travestis, transgénero, maricas perseguidas, torturadas y desaparecidas, y fueron muy pocas las que sobrevivieron y pudieron dar su relato de lo vivido.

Este fallo sienta precedente no solo en el país, sino en la región. Así, Argentina vuelve a ser pionera en materia de juzgamiento de las violaciones a los derechos humanos y esta vez lo hace con un alto contenido de reconocimiento y respeto hacia la diversidad.