A raíz del sangriento golpe que quebró el orden constitucional en la República Plurinacional de Bolivia, ya se lamentan 23 muertes y miles de herides y desaparecides. Consecuencia de la violenta represión desatada contra las movilizaciones populares que exigen el retorno de Evo Morales y la vuelta del sistema democrático.

Resulta vergonzoso el decreto de la autoproclamada presidenta, eximiendo las responsabilidades penales para el personal de las Fuerzas Armadas, lo que presagia una cruel represión al pueblo.

Recordemos que esto ocurre en una Bolivia que había logrado los mejores índices económicos y de disminución de la desigualdad, habiendo sacado de la extrema pobreza a casi un tercio de la población. Teniendo un futuro importante tanto por sus reservas gasíferas cómo por los yacimientos de litio, un componente básico para las baterías de toda la telefonía e inclusive de la industria automotriz en desarrollo.

Es necesario profundizar la solidaridad internacional para frenar esta matanza, que Bolivia vuelva a ser un Estado democrático y que Evo Morales pueda retornar para una continuidad electoral en paz.

Todos los Organismos de Derechos Humanos Internacionales deben acudir a frenar esta este desastre, así como la ONU y la Comisión Internacional de Derechos Humanos deben acelerar su intervención para restituir la democracia en el país vecino.

Como lo venimos haciendo desde El Comité de solidaridad con Bolivia, contra el golpe, el fascismo y el racismo, por la democracia, la igualdad y la paz en nuestro continente. No podemos permitir un nuevo exterminio de sectores humildes, trabajadores y pueblos originarios, que periódicamente se repiten en nuestra historia americana.

Desde CTA reclamamos el inmediato cese de la violencia y la represión, y el retorno de Evo Morales al país para retomar el proceso democrático en la hermana República Plurinacional de Bolivia.