Trabajadores en tiempos de pandemia.
Les trabajadores vienen cumpliendo un rol central en el combate contra los efectos de la pandemia. Además de les trabajadores de la salud, podemos citar a les docentes dando clases virtuales y repartiendo mercadería a las familias, a las y los aeronáuticos poniéndose al frente de la repatriación de 20.000 argentines y del traslado de material de salud desde China, entre muches otres. Tampoco podemos olvidar y resaltamos el compromiso de cientos de trabajadores y militantes sociales que sostienen día a día las ollas populares para mitigar la necesidad de alimento de sus vecines.

Un sector fundamental en estos tiempos de pandemia es el de la producción de alimentos donde, más allá de las grandes empresas, la agricultura familiar y las cooperativas productoras vienen cumpliendo un rol esencial a destacar para evitar el desabastecimiento.

Entre estas últimas, se encuentra Frigocarne, cooperativa que en el año 2004 fue recuperada en Máximo Paz por sus trabajadores y trabajadoras.

Como todos los esfuerzos solidarios de organización popular, fue ferozmente atacada por las políticas macristas, y además de provocarles cierres se les revocó la matrícula del matarife abastecedor que les permite comprar hacienda y venderla por sus propios canales. Sin ella, trabajan con otros matarifes, pero como decía Yupanqui “las vaquitas (y sus productos) son ajenas”. Desde el 2017, con la intención explícita de terminar con esta experiencia autogestionada, el macrismo le quitó esta matricula a la cooperativa.

Sabemos que Frigocarne quiere y puede aportar mucho más al abastecimiento, pero también a controlar los precios de los alimentos.

Desde la CTA y el Frente Barrial solicitamos al Gobierno Nacional y al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, que otorguen la matrícula que Frigocarne Máximo Paz Ltda hace mucho viene reclamando. Por su compromiso social es hoy parte concreta de un ejemplo a seguir en los tiempos por venir.