La situación en los barrios, como es el caso del barrio Padre Carlos Mugica comunmente denominado Villa 31 y la Villa 1-11-14 barrio Padre Ricciardelli entre otros, donde hay graves problemas con la falta de agua, muestra un manejo al menos displicente del control ante la propagación del virus que tiene un fuerte impacto en los sectores más vulnerados.
Es fundamental que se trabaje con responsabilidad, teniendo en cuenta las dificultades ante una propagación en el Conurbano bonaerense, dada la diferencia de infraestructura y la desproporción presupuestaria por ciudadane respecto de Ciudad de Buenos Aires.
En momentos en que los sectores que concentran el poder de la sociedad desatan una feroz resistencia contra el impuesto a las grandes riquezas pretenden que se desatienda a los sectores más desprotegidos.
Queda en claro que de esto se sale con la unidad de todos los sectores, con responsabilidad. La solidaridad es la vacuna.