La masacre se perpetró a partir de la orden del entonces gobernador del territorio nacional de Chaco, Fernando Centeno, quien respondía al gobierno del presidente Marcelo Torcuato de Alvear. Buscaban acallar el reclamo de indígenas y criolles trabajadores que exigían una retribución justa por la cosecha de algodón, y poder salir a trabajar del territorio chaqueño hacia los ingenios de Salta y Jujuy, donde se ofrecía una mejor paga.
Desde la Unidad Fiscal a cargo tomaron conocimiento de la masacre a partir de un reclamo de justicia de la comunidad de Colonia Aborigen. Así, desde el 2014 se inició una búsqueda de registros y testimonios que constituyeron la investigación preliminar que hoy sirve de prueba de la masacre. La comunidad de Colonia Aborigen junto con la Fundación Napalpí venían haciendo todo un trabajo de reconstrucción de la memoria histórica.
A los 114 años Rosa Grilo es la única sobreviviente viva. En el momento de la masacre Rosa era una niña, “pero no tan chica, por eso recuerdo”, dijo en una entrevista que le realizó la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía Federal de Resistencia el 27 de noviembre del 2018 para recabar su testimonio. Y subrayó: “Nunca se habló de lo que pasó, recién ahora se habla".
Se trata del primer proceso penal por crímenes de lesa humanidad del Estado argentino contra población indígena. Como no existen imputados con vida, se espera que la sentencia reconstruya lo acontecido y sirva de reparación. Así permitiría que la comunidad pueda tener acceso al derecho a la verdad.
Fuente: Agencia Presentes